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Seminario
La discordancia del psicoanálisis y su transmisión

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Dictado por : Rosa López


Capítulo IX: La impronta cordobesa


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La temática trabajada en las Jornadas de la Escuela Freudiana de Buenos Aires en los años 1976/77 que versaron sobre la institución psicoanalítica, gradus y jerarquía, el pase, la problemática de la formación, nos permitieron seguir ahondando nuestros interrogantes y cuestionamientos en torno a la enseñanza y la transmisión. El hecho de su disolución-escisión, deja la posibilidad de retomarla desde allí.

Al mismo tiempo, en otra ciudad de Argentina, Córdoba, en la que se organizó el seminario El estilo y la transmisión del psicoanálisis, se funda el Ateneo Psicoanalítico de Córdoba a fines de 1978. La posterior escisión seguida de la fundación de la Escuela Freudiana de Córdoba, cuando estaba "fresquita" la carta de disolución de la École Freudienne de Paris y la venida de Lacan a Caracas en el mes de julio 1980, nos permitirán asimismo, dar nuevos pasos.

Era necesario desplegar todo lo que, creemos, se trabajó de manera bastante exhaustiva en ese tiempo en Buenos Aires, porque antecede sólo unos meses a la creación del Ateneo Psicoanalítico de Córdoba y poco más de un año a la Escuela Freudiana de Córdoba. Era importante desplegarlo porque una y otra tienen que ver con miembros de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Era importante también, porque en la escisión de esta primera reunión de psicoanalistas que siguen las enseñanzas de Lacan en Córdoba, está en juego la transmisión y la enseñanza, los grados y las jerarquías.

En la ciudad de Córdoba, en agosto de 1980 vio la luz Conexiones del Psicoanálisis, primera y única publicación de la Escuela Freudiana de Córdoba. Ese número se titula La formación del analista. Como señalamos, hubo previamente una disolución de una primera reunión que encuentra su solución de este modo. No fue una dis-solución o solución perturbadora para los propios fundadores. Al igual que los primeros Cuadernos Sigmund Freud, esta publicación, producto de las Jornadas Oscar Masotta, nos entrega en bruto el oro de sus reflexiones.

Córdoba tiene su particularidad en cuanto a la irrupción del psicoanálisis en sus distintos ámbitos.

Hay una personalidad que tuvo que ver desde la primera época con el psicoanálisis en Argentina, que viaja y visita a Freud y que a su vez tuvo incidencia en la entrada de Freud y Lacan en Córdoba. Me refiero a Gregorio Bermann, que se asienta en nuestra ciudad en 1920 y que mostraba en aquel entonces, su afinidad -ambivalente- con el psicoanálisis. Después abandonará esta postura junto a Jorge Thenon126, por su ideología política marxista. Gregorio Bermann fue uno de los invitados a constituir la A.P.A.. En esa reunión a la que asistió, en una confitería de la calle Florida en 1940, y según lo que comentan Hugo Vezetti o Jorge Balan, dos historiadores que se han ocupado del psicoanálisis, Bermann no pudo aceptar la formalización de la formación y la obligatoriedad del análisis. ¿Por qué fue invitado a esa reunión?

Bermann era titular de la cátedra de psiquiatría y medicina legal en la U.N.C, había fundado el Instituto Neuropático, que dejó su marca en la psiquiatría y el psicoanálisis local y que lamentablemente recientemente hemos perdido definitivamente. En 1936 es decir 6 años antes de la fundación de la APA, crea y dirige la revista Psicoterapia. Dicha revista en la que había de todo, higiene mental junto a psicología médica, Freud junto a Kretschmer, contaba entre sus principales colaboradores a Emilio Pizarro Crespo, cordobés radicado en Rosario, de quien en otro lugar127 hemos particularizado su singular relación con el ámbito cultural de esa otra ciudad de Argentina, que ya entonces era importante. Pizarro Crespo fue miembro adjunto de la Sociedad Psicoanalítica de Paris, por lo que no es de extrañar que mencione en su artículo la tesis de Lacan y es el único -del campo psiquiátrico local- que es citado por Pichon Rivière en un trabajo de 1946. Asimismo, en esa revista se publica un artículo de Ángel Garma antes de su arribo al país.

También es en Córdoba donde se edita por vez primera, en abril-septiembre 1965, en el número 9, año III de la revista Pasado y Presente, el artículo de Oscar Masotta Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía presentado en la Escuela de Psicología Social producto de las lecturas de los artículos de Lacan que Pichon Rivière le había facilitado. El que la revista Pasado y Presente haya publicado este artículo tiene que ver con ese hecho que, como decíamos, prefirieron olvidar los homenajeadores del Lanús y es que los intelectuales argentinos en la década del 60, entre los que se contaban Oscar Masotta, están atravesados por la irrupción en ese campo que marca lo político e ideológico, que en ambos casos, pero en el caso de Masotta en particular, se trata de la ideología marxista de la que llevan su marca sus artículos de esa época desde Sexo y traición en Roberto Arlt hasta sus primeros artículos sobre el psicoanálisis. Esta es sin duda una importante razón para que el artículo que mencionamos fuera publicado en Pasado y Presente.

Otra vía por la que penetró Lacan en Córdoba y que la desmarca de Buenos Aires fue a través de Andrés Cafferata128, miembro de una familia cordobesa tradicional que había tomado los hábitos dentro de la orden de los jesuitas. Por razones personales es enviado por la orden a Italia y allí estudia y se recibe de médico. Cuando regresa al país comienza su formación analítica con miembros de la APA, pero como no había obtenido la validación de su título, no puede ser candidato. En 1969 en la Universidad Católica de Córdoba da un curso de perfeccionamiento: allí aparece Lacan.

"Una ojeada a las clases de entonces da cuenta de un manejo fluido y familiarizado con los artículos de los Écrits. La enseñanza continuó después privadamente, siempre en forma de seminarios quincenales que se seguirán hasta mediados de los 70 fecha de su fallecimiento ».129

Estas y otras cuestiones nos llevan a señalar tres vías diferentes por las que entra Lacan en Córdoba130 que no tienen supuestamente directa relación con Oscar Masotta: 1) Vía Althuser 2) a través de Osvaldo Francheri, que se formó en la A.P.U y 3) vía Universidad Católica de Córdoba con Andrés Cafferata..

La vía Althuser con el artículo: "Freud y Lacan" penetra en ambas Universidades y en el Equipo de Psicopatología del Hospital Nacional de Clínicas y de la Clínica Bergman.

La vía no directa de Masotta surge en un primer momento porque Osvaldo Francheri manda a sus discípulos-analizantes a estudiar con discípulos de Masotta. Pero esto es relativo porque también se nutrieron de las publicaciones del mismo, las de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, y de su conferencia en la Facultad de Filosofía de la U.N.C. En un segundo momento, a través de German García.

Sabemos que desde el psicoanálisis se ha documentado sus inicios ya sea por corrientes "históricas" dentro del mismo o tratando de encontrar o justificar un rumbo. En nuestro país contamos con el esfuerzo de German García, Graciela Musachi entre otros. En Córdoba hubo también algunos artículos. Tal el caso de Vicente Mattoni, José Luis Fitó, Enrique Torres o Raul Giordano.

El artículo de Vicente Mattoni es el más antiguo, data de 1980. Forma parte del número de Conexiones del psicoanálisis y nos conecta con una cuestión insistente que ha atravesado toda esta problemática y que podríamos resumir, tomando prestado un título de German García: los buenos oficios de la psicología y de la medicina, en definitiva, del discurso de la Universidad.

Al hacer despuntar las discontinuidades y mitificaciones del equipo del Hospital Lanús, nos tuvimos que zambullir en sus aguas, no siempre tan claras. Intentaremos hacer lo mismo con lo que sucedió en Córdoba. En un primer momento, se puede decir que a diferencia del Lanús la lectura de Lacan y la práctica psicoanalítica por él sostenida estuvieron presentes en el hospital desde un tiempo anterior. Anterior al hecho político y social que marcó una discontinuidad impuesta, como fue la de la Dictadura Militar del '76 y que tuvo consecuencias.

Quizá sea distinto porque figura como antecedente y marcada como pionera en este campo, la importante experiencia de la Clínica Bergman en los comienzos de la década del 30, antes de la constitución de la A.P.A. Luego de un período de relativo silencio en el que influyen los avatares ideológicos, hacia fines del 50 retoman el psicoanálisis, siempre mixturado, a partir de las inquietudes de las nuevas camadas. Esto coincide con la creación de la carrera de Psicología.

Inmediatamente comienzan a viajar a nuestra ciudad a dar Seminarios en esa facultad Marie Langer, David Liberman, Jorge Mom, Raul Usandivaras, Horacio Etchegoyen.

El artículo de Vicente Mattoni plantea la crítica a la institución psicoanalítica considerando de dónde partió. Toma el asentamiento temprano de Gregorio Bermann en nuestra ciudad, quien se reconoce como pionero practicante del psicoanálisis ya en 1920131. Señala que el psicoanálisis en Córdoba, al igual que en el resto del país se introduce a través del discurso psiquiátrico y trata de encontrar un "origen", quizá mítico, en la fundación de la revista Psicoterapia por Bermann en 1936.

Hay que decir que el partir de Bermann por parte de Mattoni, es para seguir a uno de los que fueron sus discípulos. Hace pie en Paulino Moscovich porque, según su decir, por ese lado continúa "la peste", introducida subrepticiamente en la revista Psicoterapia a través de Pizarro Crespo en el '36. "La peste" en este caso es el escrito de Lacan. Pero Paulino Moscovich acompañado por otros dos psiquiatras: Nestor Braunstein y Marcelo Pasternac, introduce la peste de una manera por entonces particular: en el Hospital General -además del ámbito de la Universidad-. Esta introducción no fue sin embargo del discurso de Lacan sino de los decires de Althusser, Laplanche y otros, lo que de entrada señala una posición poco crítica de lo que se recibía.

El dolor, la locura, el malestar ha convocado al psicoanálisis o el psicoanalista y desde que se permitió traspasar el umbral de las puertas de los Hospitales, le ha planteado la posibilidad de resquebrajar las soldadas estructuras de una práctica convencional.

Al mismo tiempo que comenzaba a funcionar el servicio del Lanús, hace lo propio el Servicio de Psicopatología en el Hospital de Clínicas en Córdoba a cargo de Paulino Moscovich, Marcelo Pasternac y Nestor Braunstein y fue posteriormente semillero en el campo del psicoanálisis local. Si bien Mattoni destaca con razón que al principio el "Equipo del Clínicas" como se lo popularizó, se caracterizó por lo embrollado de su discurso en el que "desde la Universidad de Medicina y el psicosomatismo se introduce el discurso analítico", se puede decir que hacia el final, final marcado también por el golpe del '76, cobra mayor coherencia desde el psicoanálisis. Y podemos decir que no se trató sólo de discurso.

Esta última experiencia surge tempranamente entre fines de los años cincuenta y comienzo de los años sesenta132. Su trabajo en cuanto a la relación médico paciente y el cuestionamiento del tema salud-enfermedad fue asimismo pionero, fundamentalmente por la incorporación efectiva y paulatina del psicoanálisis al ámbito hospitalario a través de su inserción en la cátedra de Patología Médica del Dr. Ricardo Podio. En el Equipo de Psicopatología del Hospital de Clínicas se formaron, sobre todo en los últimos años de existencia, médicos y psicólogos fundamentalmente en el estudio de Freud y algunos autores que rodearon a Lacan, lo que es criticado certeramente por Mattoni, hasta que en el año 1975 se comienza a leer a Lacan, cuando la conducción del Equipo queda en manos de Marcelo Pasternac, radicado desde 1976 en México. Hubo también rupturas y dispersiones. No hubo una coherencia identificatoria, se trató de idas y vueltas. De liderazgos cuestionados.

A comienzo de los años setenta Paulino Moscovich -quien ya había estado a cargo de una cátedra en la U.N.C. desde comienzos de la Escuela de Psicología hasta que el Golpe Militar del '66 lo separa de la misma- y Nestor Braunstein irrumpen en la Escuela de Psicología al frente de las cátedras de Psicopatología -que ya la había tenido- e Introducción a la Psicología respectivamente. Aquí también la bibliografía que se manejaba era en extenso Anika Rifflet Lamaire, Laplanche, Leclaire, Pontalís, Althuser y nada de Lacan. Es en el año 75, que Marcelo Pasternac hace una traducción del texto de La Familia de Lacan y se comienza a leer los Escritos en el Equipo.

El Equipo del Clínicas había logrado su prestigio para las jóvenes camadas debido a lo que se comentaba de ellos: eran rigurosos, preocupados por la lectura de textos de psicoanálisis que acompañaba a una concienzuda práctica hospitalaria, con una inserción efectiva en su ámbito, con supervisiones programadas y con una ideología política "progresista". Eso era muy importante. Al menos para los recién egresados de la entonces Escuela de Psicología -entre los que me contaba a principio de los '70-. Llegar a ser miembro del Equipo del Clínicas como se lo conocía era una meta importante en el comienzo de la formación. Lo mismo que de la Clínica Bergmann.

El ingreso, hacia comienzos de los años '70, se hacía a través de una entrevista con tres o cuatro miembros del Equipo en la que, cada candidato daba cuenta de las razones por las cuáles quería ingresar al mismo.

El Equipo de Psicopatología del Clínicas tuvo algunas peculiaridades: Si bien estaba inmerso como el Lanús en el Hospital General, surge dentro de una Cátedra, que no es la de Psiquiatría sino la de Medicina Interna del Dr. Podio. Contaba con un espacio físico reducido a una habitación en un subsuelo donde se atendía los pacientes ambulatorios y se reunía el equipo. No estaba en conexión con ningún programa de postgrado de psiquiatría ni de psicología. Tenía sí una importante relación con la Clínica Bergmann ya que el Dr. Paulino Moscovich, pertenecía a la misma, lo mismo que algunos otros miembros.

El equipo no tenía su sala de internación. Cuando eran necesarias, se efectuaban en el Servicio de Medicina Interna. Se trabajaba con interconsultas en las salas de la cátedra con los pacientes allí internados. Sólo dos o tres miembros del servicio estaban rentados.

Al mismo tiempo, comenzó sus actividades en la ciudad de Córdoba el Centro de Estudios Psicoanalíticos en el que estaban entre otros, los propulsores del Equipo de Psicopatología del Clínicas y Claudio Bermann hijo de Gregorio Bermann. En él se reciben los aportes de los que se habían separado de la APA, pero también de Raúl Schiarreta, que luego hará una nueva incursión en Córdoba con un curso, dentro del Ateneo Psicoanalítico de Córdoba.

Otra de las diferencias del equipo del Clínicas con el Lanús es que en el caso del Clínicas eran sus mismos jefes los "psicoanalistas destacados". En Córdoba no había filial de la APA, pero había quienes iban a hacer su formación a Buenos Aires. También estaban los que se consideraban discípulos de Franchieri entre los cuales, había quienes tenían sus grupos de estudio. Todos ellos se destacaban dentro del psicoanálisis local.

Otra cuestión importante: mientras Goldemberg -ex integrante del Lanús- es representante de la concepción de Salud Mental de la OMS Marcelo Pasternac, por ejemplo, la cuestiona:

(...)en la definición de la Organización Mundial de la Salud, la que dice que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y esta definición que es muy atractiva y seductora en su fácil humanismo, es también muy vaga, en tanto deja en la bruma qué quiere decir salud, qué quiere decir bienestar.

(...) en esa época yo había llegado a leer un texto de Lucien Bonaffé que tenía una definición muy interesante de enfermedad mental, decía que la enfermedad mental es "la manifestación desdichada de una justa protesta, ante una injusta opresión". Como ven ustedes, no había ninguna referencia en esa definición a las dimensiones biológicas, etc133.

Así como Mattoni cuestiona la organización de estilo universitaria de la APA, y también del Ateneo Psicoanalítico de Córdoba, con un lider-docente y alumnos, podemos afirmar que en el caso del Clínicas también había disparidad de lugares de ese tipo, que dieron lugar a luchas intestinas y escisiones. Además. al igual que el Lanús, tenía el problema de ser puerta giratoria: no había permanencia en el Servicio los miembros jóvenes estaban 4 o 5 años y se iban.

El Servicio del Clínicas, como ya lo señaláramos, es destruido con el Golpe Militar de 1976. Marcelo Pasternac, que es su último Jefe de Servicio, se va del país a fines de 1975 y se exila en México. Un año antes lo había hecho Nestor Braunstein. Mucho tiempo después Pasternac publica en la revista Litoral un artículo que escribió en 1993 y que se titula Freud y Lacan de Althuser , un cuarto de siglo después. La primera parte del artículo, que aparece en Litoral 17 tiene una nota aclaratoria en la que dice:

"(...) lo que aquí me interesa destacar es el efecto que tuvo hace un cuarto de siglo la influencia de las elaboraciones que entonces circulaban entre nosotros. En cambio en lo que se refiere a Lacan lo que subrayo es cómo ya en esa época su enseñanza se encaminaba hacia otra dirección que desembocaría en una posición epistemológica muy diferente, para el psicoanálisis a la de Althusser"134.

Pasternac destaca con justeza el panorama en el cual se entroncaba y nos entroncaba a Althusser en aquél momento: la preocupación del lugar del psicoanálisis en la cultura y la sociedad que marcaba, y en algunos aún marca135, su lectura y su posición.

"Althusser formulaba al final de su artículo "Freud y Lacan" diversas preguntas, entre las cuales algunas se ubicaban en dicha dimensión social: '¿En qué medida los orígenes históricos y las condiciones económico-sociales del ejercicio del psicoanálisis repercuten sobre la teoría y la técnica analítica? ¿En qué medida, sobre todo, ya que esos son los hechos, el silencio teórico de los psicoanalistas sobre estos problemas, la represión teórica que se infiere a estos problemas en el mundo analítico, afectan a la teoría y a la técnica analíticas en su mismo contenido?" (subrayados de Althusser)"136.

Pasternac reprocha que se imputa a los psicoanalistas "silencio teórico" cuando las preguntas son del terreno ideológico, para señalar en el punto siguiente que ciencia e ideología están en Althusser planteados en oposición excluyente.

"En cierto momento, la relación ciencia-ideología planteada en términos de oposición excluyente "o bien ciencia o bien ideología", derivada de los escritos de Althusser y sus discípulos, y su texto sobre la relación Freud y Lacan, la relación entre el psicoanálisis y el marxismo, tuvieron consecuencias en las luchas políticas e ideológicas en América Latina en general y en la Argentina en particular, así como la manera de abordar los problemas del psicoanálisis en su relación con la ciencia."137.

Es así como a partir de esto, psicoanálisis y marxismo y también psicoanálisis y trabajo institucional en el terreno de lo que se conoce como salud mental comenzaron a articularse. Y el Equipo del Clínicas fue en Córdoba un campo de cultivo de esta articulación, como alternativa, se pensaba en ese momento, del "psicoanálisis elitista". Y es Lacan el que comienza a hacer su entrada en los ámbitos de la Universidad y del Hospital, siempre mixturado con Bleger y sus "niveles de integración" o con Laplanche o Leclaire y hasta Anika Rifflet- Lemaire. El equipo del Clínicas representó entonces una respuesta de excepción: atender los problemas "psi" en la clínica médica concreta, poniendo el eje en la escucha atenta como lo atestiguaba "la entrevista médico-psicológica", que figuraba dentro del apunte de cátedra de Medicina Interna.

Althusser coloca a Lacan en ese momento como el artífice de una "ruptura epistemológica" que producía una "elucidación epistemológica" que daba lugar, según él, a una crítica ideológica que permitía identificar y definir los conceptos en Freud. Por eso el estudio de "epistemología psicoanalítica" en ese momento se hizo imprescindible para los miembros del equipo y para los que en Córdoba y en el país, habían comenzado este camino. Raul Sciarretta fue el encargado de introducirnos en esta temática.

Alejado del discurso de los "lanusistas" Marcelo Pasternac reconoce en un reportaje, por un lado, que la política le impidió acercarse más tempranamente al psicoanálisis, porque lo que se caratulaba hasta allí como el psicoanálisis elitista practicado y sostenido por la APA hacía que lo rechazara de plano, a diferencia de los "lanusistas".

La lectura de "Freud y Lacan" en París, a donde se encontraba por una beca, y la presentación de Lacan en el Servicio de Delay -en el cual estaba- con el "Pequeño discurso a los psiquiatras" en 1967, abre a Marcelo Pasternac y posteriormente al equipo del Clínicas otra perspectiva. Lo mismo que la edición de los Écrits. Lo que dijo Lacan aquel día, y estas primeras lecturas lo decidieron a dejar la psiquiatría. Posteriormente Pasternac vuelve a París, esta vez como residente de los Hospitales psiquiátricos del Sena y asiste a las presentaciones de Lacan. Lee "Psiquiatría y antipsiquiatría" de Cooper y el libro de Basaglia "La institución en negación" que eran publicados en Seuil en la Colección Champ Freudien, la misma en la que editó los Ecrits, es decir, promovidos por Lacan quien era su director. Estas lecturas le permiten un cuestionamiento de lo recibido hasta el momento y al mismo tiempo la posibilidad de transmitirlo.

"en 1975, en febrero, en una visita a Francia yo compro los seminarios Encore y el seminario sobre los escritos técnicos, y en ese momento Braunstein ya está en México, y yo todavía estoy en Argentina donde permaneceré por un año más, y en ese año trabajamos en el equipo del Hospital de Clínicas de Córdoba esos dos seminarios. Y es eso lo que me permite darme cuenta y sostener que aquel libro (Psicología, Ideología y ciencia), es un libro que, desde el punto de vista del psicoanálisis, es erróneo"138.

En 1975 se edita en México, donde se establece Nestor Braunstein Psicología, Ideología y Ciencia. Braustein es su artífice principal, pero en él participan otros miembros del Equipo como Marcelo Pasternac. Este último escribe, con influencia de Bachelar y Althusser por ejemplo, un capítulo: El método psicoanalítico. Se palpa en el mismo claramente este privilegio de lo teórico por influencia de Althusser en un subtítulo: El método teórico en Psicoanálisis en el que trabaja La interpretación de los sueños. El subtítulo anterior: La ruptura epistemológica en Psicoanálisis139.

Pasternac señala, como lo hiciera Mattoni en Conexiones, lo que fue el punto cero, cero en claridad de la entrada a Lacan de la mano de Masotta. Porque se hizo por el lado de autores a los que se sostenía como discípulos del mismo cuando no lo eran. Porque se publicaba un resumen de Pontalis de Las formaciones del Inconsciente y El deseo y su interpretación, con prólogo de Masotta en el que no figuraba que eran resúmenes hechos por Pontalis140. Estos hechos son una muestra de la confusión que había hasta la llegada -parcial- de los Ecrits de Lacan publicada como Lectura estructuralista de Freud en 1971.

Lo que ocurrió en Buenos Aires con la fractura de la APA que dio lugar a los grupos Plataforma y Documento, y los nuevos aires de la FAP a la que entraron estos psicoanalistas ocupando los primeros lugares, provocó un vuelco en el ámbito psi, que tuvo influencia a nivel nacional con la creación de la Coordinadora de Salud Mental. Dice Pasternac:

"Entonces se produce una confluencia, y va Rafael Paz a Córdoba, va Sciarreta, va Hornstein, y hacemos trabajo en el psicoanálisis, libresco en cierto modo, pero desaparece la alternativa, la falsa alternativa política, y aparece la posibilidad de abordar, cada uno de nosotros, sus propios problemas"141.

Hacia 1973 estaba por un lado el trabajo del Hospital de Clínicas -que participó además en el curso organizado por la Coordinadora de Salud Mental por dos años consecutivos, 1974-1975 hasta el Golpe militar- y los miembros jóvenes de la Clínica Bergmann y por el otro, grupos de estudio organizados por discípulos de Francheri. Ya se empieza a separar lentamente quizá, la paja del trigo de lo que era de Lacan y lo que era de otros psicoanalistas franceses que ya nada tenían que ver con Lacan. De ambos lugares surgirán los integrantes de el Ateneo Psicoanalítico de Cordoba y de la Escuela Freudiana de Córdoba.

Ateneo Psicoanalítico de Córdoba y Escuela Freudiana de

Córdoba en contracanto

Osvaldo Francheri llega a Córdoba luego de formarse en la Asociación Psicoanalítica de Uruguay y de analizarse con Willy Baranger. Según Enrique Torres comienza a dedicarse a la obra de Lacan hacia el año 70 y a su vez a interesar a un grupo de "terapeutas" y analizantes. El artículo no dice con quien se formó Francheri en la obra de Lacan, si sus lecturas fueron absolutamente solitarias o no. Quizá la característica de Osvaldo Francheri, de su poco contacto con el público, su muy escasa o nula producción escrita, al menos en esa época, su no participación "directa" a la hora de fundación de Ateneo o Escuela, lo convierten en una figura bastante singular y a su vez señala un escollo que no se puede sortear cuando se habla de estas supuestas vías por las que entró el pensamiento de Lacan en Córdoba. Lo que sí sabemos es que movilizó a esta gente para que estudiara o supervisara con analistas venidos de Buenos Aires, como por ejemplo Jorge Jinkis de la Escuela Freudiana de Buenos Aires.

Una voz se escucha nuevamente en esos minutos finales de la última reunión, para tomar la voz de Ricardo Trigueros:

"el analista o el didacta, funciona como SsS, para el sujeto, pero NO PARA SÍ MISMO*".(...)

"(...)las formaciones del inconsciente y las formulaciones lacanianas denuncian la psicologización del psicoanálisis, y a una psicopatología defensiva que pretende saber o entender al hombre y sus conflictos para normalizarlo, domesticarlo"142.

¿Por qué tendrá que enfatizar el NO PARA SÍ MISMO? ¿A quien se está dirigiendo?

Conexiones del psicoanálisis fue creada para difundir el pensamiento de la Escuela Freudiana de Córdoba que acababa de fundarse. De hecho este medio sirvió para dar a conocer su acta de fundación además de las Jornadas Oscar Masotta.

Hay varios artículos interesantes. Subrayamos además del de Vicente Mattoni y el de Ricardo Trigueros, el de Ernesto Lansky y el de German García.

Esta revista hace pública la primera escisión de lo que se denomina el lacanismo en Córdoba y que coincide con el conflicto y la disolución de la de Paris. Las diferencias son grandes. En realidad hacer pesar esta coincidencia sería un forzamiento porque el Ateneo Psicoanalítico de Córdoba tenía poco tiempo de vida, o sea que su escisión se dio en su mismo comienzo. No podemos decir que no fue un buen comienzo para el psicoanálisis en Córdoba.

German García hizo su arribo a esta ciudad hacia 1978 para trabajar con grupos de estudio, a instancia de los que dieron lugar a la creación del Ateneo Psicoanalítico de Córdoba, cuando no cristaliza un trabajo en conjunto con dicho grupo. El Ateneo se crea entonces ese mismo año, luego de descartar el nombre de Escuela Freudiana.

Hasta ese momento el lacanismo en esta ciudad como así también el freudismo, funcionaba fundamentalmente a través de grupos de estudio. Los egresados de la escuela de psicología de la U.N.C y los de la Universidad Católica -ambas escuelas son cerradas con el golpe militar del 76; la de la católica no vuelve a abrir sus puertas- lo mismo que los médicos que se interesan por el psicoanálisis, se nuclean alrededor de algunos "lectores de Lacan" que estaban haciendo sus primeras armas en la práctica psicoanalítica. Muchos de ellos provienen del Equipo de Psicopatología del Hospital de Clínicas y de la Clínica Bergmann.

El Ateneo Psicoanalítico de Córdoba se funda en el último trimestre de 1978. Tempranamente se produce la escisión y se crea así la Escuela Freudiana de Córdoba. A partir de este último acontecimiento, el Ateneo Psicoanalítico se da "oficialmente" una organización y queda conformado por dos tipos de miembros que figura en sus primeros estatutos: miembro fundador activo y miembro adherente activo. La otra "categoría" era la de alumno. Conformaron en ese primer momento los fundadores del Ateneo Psicoanalítico, como consta en su primera revista: Marina Alonso, Fernando Bringas, Henoch Bringas, Ana Galea, Gerardo Mansur, María E. Novotni de Lopez, Pedro Palombo y Ana Waismann. Los primeros adherentes: Silvia Boccardo, Beatriz Caballero, Victor Domínguez, Nestor Elizalde, Julia Jusuk, Alicia Lerner, Rosa Lopez, Jorge Massanet, Pedro Murguia, Diana Pavlovsky, Mirta Pavlovsky, Edith Segal, Ana Simonetti. Desde allí los adherentes que entraron a formar parte del Ateneo debieron presentar y defender un trabajo frente a todos los miembros.

Comenzar con una distinción tal: fundadores, adherentes, entre sus miembros nos da una idea de lo que era su trama. Adherir es un término que marca una acción en la que su actor queda literalmente pegado a algo. Pegarse a algo es problemático de entrada porque implica una nula posibilidad de hacer con lo que hace el otro algo distinto.

La Escuela Freudiana de Córdoba por su parte estuvo constituida por: Osvaldo Baraballe, Lidia Basi, Nora Bulacio, Beatriz Bertero, Delia Bournissen, M. De los Angeles Chevalier, Elbio Degracia, Germán Garcia, Hector Guindón, Alicia Larramendi, Graciela Leguizamón, Ernesto Lansky, Vicente Mattoni, Oscar Muñiz, José Murina, Marta Olivera, Raquel Olivera, Antonio Oviedo, Aída Tapia, Ricardo Trigueros.

En el Acta de Fundación estos últimos expresan que escuela, supone cierta línea que se sostiene por su transmisión, pero no implica la enseñanza a alumnos que serían la reproducción de los que supuestamente ya saben. Algunos puntos que rescatamos: el subrayado de la formación recíproca mediante la constitución de pequeños conjuntos de estudio. Otro: el subrayado de que para Lacan la formación del analista es un efecto de las formaciones del inconsciente.

Como la fundación de la Escuela Freudiana de Córdoba tiene que ver con una ruptura en el que el reconocimiento estuvo en juego es interesante el planteo desde el cuestionamiento de la dupla transmisión del psicoanálisis-formación del analista.

Los artículos de Conexiones en psicoanálisis, los de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, hilvanan una cuestión en torno a la fundación. La existencia misma de estas Escuelas crea un interrogante: ¿qué pasa cuando se adhiere a otra escuela, por ejemplo a la École Freudienne de Paris. ¿Por qué hay que justificar el acto de fundación? Reunirse en torno a la propuesta metodológica de Lacan cuando existe la École Freudienne de Paris fundada por aquél, ¿es una fundación? ¿De qué tipo?

German García en la Salutación143, como dijimos anteriormente,144 dice refiriéndose al acta de fundación de esta escuela, y jugando con las palabras, que es un acto de fundación. Al mismo tiempo piensa que como comenzaron con una parodia no van a caer en la imitación. Esto puede contestar de una manera freudiana a mi pregunta, con respecto a esta fundación. Pero en realidad, nos lleva a un mismo punto: el acto de fundación después de una escisión, un acto "de prisa", no es una dis-solución a pesar de las buenas intenciones de los miembros de la Escuela Freudiana de Córdoba. La intención de parodiar duró muy corto tiempo.

No obstante, indudablemente, conociendo la estirpe literaria de German García, su trabajo con Macedonio Fernández, a su vez admirado por Borges, su decir irónico, no podemos pensar que no eligió cuidadosamente el término parodia para referirse a lo que propone con esta fundación: no importa el originario, sí la intertextualidad, texto siempre otro. Es una buena propuesta. Se aviene al psicoanálisis, a sus formaciones. Lo rescatamos. El punto que nos sigue interrogando es el siguiente: después del acto de fundación, paródico, ¿cómo sigue este contracanto? Lamentablemente, con esta fundación no podemos decir demasiado. Nos alcanza para decir que, con los años, con este documento y con lo que siguió pareciera que lo que hizo, lo que quedó de lo que hizo fue eso: romper con esta parodia el acartonado hechizo de los saberes estatuidos de ese momento.

La Escuela Freudiana de Córdoba sostiene en su prólogo que:

"La Escuela Freudiana de Córdoba no tiene maestros, amos del saber. (...)Una escuela sin maestros, no es escuela. Es Otra Cosa. Cosa del Otro.

¿Por qué se empeñaron en conservar el término Escuela, después de estas palabras y las de su acta de fundación?

Sin entrar demasiado en los detalles de las similitudes del acta de fundación de la Escuela Freudiana de Córdoba y su homónima de Buenos Aires, si es una parodia bien vale la pena, y sin tomar demasiado en cuenta el hecho de que el único miembro no cordobés, German García, partiera a radicarse a España, como lo hiciera en su momento Masotta luego de la creación de la E.F.B.A -García lo hizo antes-. El caso es que este acto en su momento hizo bastante ruido y obligó a los del Ateneo a apresurarse a crear su revista -posterior a la de la E.F.C.- y a apurar su paso.

Ernesto Lansky en su artículo también pone su granito de arena para nuestros interrogantes, porque pone en cuestión varios aspectos de esta fundación. Dice que fundar es apoyar con motivos y con razones eficaces o con discursos una cosa. Por lo que agrega: "una razón eficaz: 'la eficacia del inconsciente', cuya existencia intentaremos apoyar"145. El autor parte del acto de fundación de la Escuela Freudiana de Córdoba. Si bien hay algunas cuestiones con las que hoy no podríamos estar de acuerdo sin que haya para ello una pormenorizada aclaración -como considerar Ateneo Psicoanalítico, Escuela Freudiana, Lacan, German García, significantes-, sí es rescatable el partir de una pregunta:

"¿acto de fundación o acting? (..) El acting como acto de repetición remite a una palabra que el analista no puede escuchar y que provoca la repetición de un acto, que hoy es Acto de Fundación"146.

Esta pregunta y esta respuesta que se da Lansky en ese momento, nos lleva a plantearnos otras: Si el acting tiene relación con un psicoanálisis ¿cómo pensar la fundación de esta Escuela como tal? ¿El acting de quién? ¿es un colectivo? ¿es que se lo podría atribuir a un psicoanálisis? Sigue con la definición freudiana de acting, que, toma en cuenta la dimensión del acto en relación a lo Real y agrega:

"Con la fundación de la Escuela Freudiana de Córdoba se repiten otras fundaciones (me refiero a la Escuela Freudiana de París, de Buenos Aires). Pero queda la pregunta por la fundación o la reproducción, a partir de la escisión de la una y la disolución de la otra"147.

Luego afirma que el Ateneo Psicoanalítico de Córdoba es reproducción de un sistema jerárquico piramidal y toma las palabras de German García cuando dice que la escuela no se funda por apropiación de una tradición, porque "fundar es imposible y porque toda fundación es retroactiva" y agrega:

"... la historia que reconstituirá la Escuela Freudiana de Córdoba dirá si hubo fundación o no, esto es, renovación de la alianza con el descubrimiento freudiano. Pero parece haber en este acto de fundación un recuerdo que no se puede evocar y que entrampa la palabra en espejismos narcisistas"148.

Al hacer una distinción entre fundación y reproducción abre con ello un interesante interrogante que podemos tomar para proseguir nuestro camino. Plantea para esta consideración el tiempo del habrá sido. ¿Qué dimensión del acto es reproducir?¿Estaremos nosotros en condiciones de pararnos a mirar y a dar una respuesta a este interrogante?

En este tiempo del habrá sido es que la Escuela Freudiana de Córdoba pudo poner en cuestión la problemática de la enseñanza y la transmisión a pesar de las implicaciones que en los textos están a la vista. Pudo hacer una lectura de los textos en donde Lacan hace lo propio, en productividad, produciendo algo, actuando.

Ahora bien, con respecto a este interrogante de si hay acting en esta fundación hay que decir que Lacan no le da al acting, como a otras nociones y conceptos, una definición unívoca. Se distingue de Freud cuando éste no lo logra y por lo tanto se hace alumno, no siguiendo y reproduciéndolo sino interrogándolo, cuestionándolo.

Para aclarar un poco las cosas o al menos problematizarlas, diremos que Lacan en el Seminario La transferencia no ubica al acting del lado de lo que no escuchó el analista sino del lado del acto, de una tentativa o una tentación de responder al inconsciente que se da en el momento en que el sujeto en análisis exige una respuesta exacta. Algo que aparece en un momento preciso de la intervención del analista vuelve a remarcar en La lógica del fantasma. En La angustia dice que es del orden del mostrar. En ese sentido el acto tiene que ver con la respuesta de lado del analista y no con la respuesta que por engancharse en esa supuesta "exactitud" requerida por el paciente termina siendo grosera y provocando esta escena, este acto fuera, acting out.

¿De qué manera es interrogado un análisis, cada análisis en la dis-solución, en la escisión, en la fundación de un espacio de psicoanálisis? Si se lo hiciera, sería pensando en un analista en relación a un analizante, no se podría, en principio, hacerse en relación de un analista con "sus analizantes" o de "varios analistas" de una institución con "sus analizantes" Sería considerar "efectos de grupo", que no tienen que ver con el acto psicoanalítico.

Ernesto Lansky también cuestiona otro punto que está en juego en la fundación y que es el de la autoformación y también el tema de la gradación jerárquica puesta en juego, como hemos visto, por el Ateneo Psicoanalítico de Córdoba. Lo toma como un signo que se funda en el reconocimiento de que hay quienes tienen algo para alguien, con lo que, si bien no lo especifica, queda sentado que la gradación del Ateneo no sólo fue sustentada por los autodenominados fundadores sino por los que los siguieron. Finaliza el artículo con una advertencia:

"o nos sometemos al estatuto ético del inconsciente o lo que fundamos puede llegar a ser un Comité organizador de Jornadas"149.

Su consideración de que el Ateneo en ese momento reproduce, la comparto, desde el lugar que entonces me cupo, de miembro adherente del mismo hasta 1984, si tomamos reproducción en el sentido de calco, duplicado, como el billete falso destinado a embaucar a los desprevenidos o a los que se dejan embaucar. Evidentemente he sido una más de los que sustentamos esa estructura por lo que acuerdo con Lansky que la gradación jerárquica la sostuvimos entre todos.

¿Qué es lo que planteaba el Ateneo Psicoanalítico? Su primera publicación es de diciembre de 1981, luego de este acto de la Escuela Freudiana de Córdoba. A continuación de una escueta editorial que no dice nada, hay un artículo, En torno a la transmisión, firmado casualmente por todos los miembros fundadores menos Ana Galea, que, a decir verdad, se sumó después, con lo que no se sabe bien qué significaba para ellos "fundadores" o cuándo o aún dónde asentaba la fundación. Se trata de un texto de 1979. Dista mucho de ser un texto en el que se analice y desmenuce lo que la transmisión pone en juego.

Es un fárrago de conceptualizaciones en las cuales no hay referencia ni el menor indicio, salvo alguna mención del pase, de haber tenido lectura y trabajo sobre la Proposición del 9 de octubre de 1967 de Lacan ni sobre lo producido por la Escuela Freudiana de Buenos Aires en sus primeros Cuadernos, que intentaban despejar varios interrogantes en torno a ello.

Parten de la dicotomía entre saber y verdad, de la enseñanza teórica del psicoanálisis, versus la que parte del descubrimiento freudiano, es decir de un psicoanálisis, para concluir que si bien esto es lo más importante, no se puede dejar de lado lo teórico y que este grupo se va a encargar de su "enseñanza".

Hay importantes errores de interpretación de la frase "el analista sólo se autoriza de si mismo -lui meme-" le agregan: en la dirección de la cura. O "un subtítulo que reza: "el analista se sostiene de su propio discurso". No toman en cuenta que Lacan enuncia esto para introducir el pase. Siguen con esta interpretación: el analista es, frente a cada psicoanálisis que emprende "único amo de su navío". ¿El analista es amo? ¿No es, según Freud, el inconsciente el que timonea el barco, y el sujeto, que es uno sólo en el análisis, según Lacan, advendrá si puede, del lado del analizante ? El malentendido continúa: "no es posible autorizarse sino de la teoría freudiana y del propio análisis, única vía de develación de lo inesencial del sujeto supuesto saber en el camino del des-ser". Esta interpretación seguramente les ha permitido pensar los grados jerárquicos en los que se instituyó este Ateneo: hubo amos que timonearon el barco institucional frente a los analizantes, que deseosos de ocupar algún día ese lugar se adhirieron a ellos. Terminan diciendo, como único análisis del asunto que

"en el acto psicoanalítico se está solo -un "se" que juega toda la ambigüedad que le otorga la lengua- pero no se es el único, postulado que fue el espíritu de la decisión de afrontar esta tarea, que dio como resultado deserciones* antes de su consecución en función de la destitución subjetiva que supone el solo trabajo explicitado, ante testigos de los que se suponen condiciones para estar en esta posición"150.

El "se" ambiguo por naturaleza dio lugar a "las deserciones", plurales, en un párrafo en el que se mezcla fin de análisis, pase, quizá, si de eso hablan cuando nombran al testigo, y "las deserciones" que si las ponemos dentro del marco de la debacle institucional, se mezclan, deserción a un análisis o deserciones a varios análisis y la escisión de un grupo de personas de una institución. Una mezcolanza tremenda que no puede no tener efectos.

Otra marca que llevó el Ateneo Psicoanalítico queda escrito poco antes de finalizar. Dicen:

"Oponemos a la fundación solitaria de un maestro, esta fundación que lo fue de analista, en la que sus analizandos nos podemos reconocer a la vez como analistas por nuestro quehacer donde teoría y práctica son sólo uno*"151.

Una fundación de psicoanalizantes, todos del mismo psicoanalista, Osvaldo Francheri en una posición muy particular con respecto a las dos instituciones, -tenía algunos analizantes también en la otra-. Pero fundamentalmente con respecto al Ateneo tiene una posición que queda plasmada en sus "propósitos", de estar en un afuera-adentro, en el lugar de alguien que al no ponerse en juego, es indiscutible.

Ese número de la Revista del Ateneo Psicoanalítico edita un reportaje a Osvaldo Francheri realizado en septiembre de 1980. El mismo está hecho a todas luces por alguien de la institución. Sus contestaciones no carecen de humor, son chispeantes por momentos. Dice no querer opinar con respecto a la escisión del Ateneo Psicoanalítico aunque finalmente dice que las razones fundamentales de los que se fueron y de varios de los que se quedaron podrían sintetizarse con el diálogo entre Babieca y Rocinante: "Metafísico estáis. - Es que no como."152

Los artículos de Conexiones del psicoanálisis reflejan los conflictos. Los autores cordobeses no pueden dejar de poner el acento en la escisión. El de Ricardo Trigueros nos brinda su versión del panorama de la situación de la enseñanza y de la transmisión en Córdoba en el año 1980.

Despunta un primer problema con respecto a la transmisión: afirma hablar desde un lugar de humildad porque siempre se ha encontrado del lado del esclavo, del lado del diván153. ¿Cuál es el lado amo? ¿el otro lado del diván? ¿no es el del inconsciente? Se puede así seguir el tratamiento de esta problemática de uno y otro lado. El cuestionamiento de Lansky se torna interesante cuando vemos cómo una y otra posición sostienen la misma concepción de cómo se distribuye el poder. Es un comienzo que señala sin más una posición tomada con respecto a la transmisión. ¿Se transmitió vía diván? La vía diván ¿dirige, para emplear una palabra muy usada con respecto a la cura, una cierta lectura de cómo se dan las cosas en un análisis?.

Hay en estos artículos que hemos seleccionado de la Escuela Freudiana de Córdoba un minucioso trabajo sobre la Proposición del 9 de octubre y sobre el material aportado por la Escuela Freudiana de Buenos Aires, sobre los avatares de las escisiones. Vayamos al planteo de la enseñanza:

"¿Es que acaso un grupo de notables trataban de erigirse en amos del saber sobre la teoría, que no tiene otro objetivo que el de denunciar la pretensión de saber sobre el deseo?

La historia de las sociedades analíticas -"toda sociedad es anti-analítica" (Ornicar? 12/13)- se ha manifestado como la historia de las disputas entre quienes han tratado de transitar este dramático camino.

Seguramente el camino no es uno; son tantos como sujetos con su propia historia haya en esa ascesis subjetiva de la cual habla Lacan y que tiene por fin la soledad y la disolución*. Sistemáticamente han surgido popes de la teoría o superanalistas de fama creciente capitalizadores de la demanda de neuróticos que al rebajar el deseo a la demanda, tratan de identificarse en I con ellos, para ser como ellos.

Parecía que la cosa pasaba por granjearse el cariño y la aceptación de los amos [¿es una autocrítica?, ¿a quienes les parecía que la cosa pasaba por allí?]

para entrar en la "familia" [hace pasar este tipo de transmisión por lo epiclero, analizantes, analistas, maestros y alumnos todos formando cariñosamente una reducida familia]

y ser reconocidos, lograr derivación de pacientes y progreso profesional- como si ser analista fuera una profesión"154.

Antes de este largo extracto del escrito de Trigueros el autor habla del "drama" que vive la comunidad analítica en ese momento: se refiere fundamentalmente a la Escuela Freudiana de Buenos Aires y a la École Freudienne de París. Y señala -muy pertinentemente- que este "drama" parece girar sobre la cuestión de quién autoriza a alguien a instituirse como analista. Hace también referencia a los graves problemas originados en París a partir de la Proposición del 9 de octubre de 1967, con separaciones y suicidio de por medio. Estamos por lo tanto en el corazón del problema. También es necesario decir que ciertamente, al menos algunos de los miembros de la Escuela Freudiana de Córdoba se daban la posibilidad de formularse preguntas y cuestionamientos en ese corto tiempo que duró su existencia.

En el Ateneo Psicoanalítico nada de eso se producía. Como bien relata Trigueros se "leían" los seminarios de Lacan -doy fe: Los cuatro conceptos, escritos técnicos, la angustia, la transferencia, RSI, etc- en grupos, coordinados por uno de los miembros fundadores y en uno u otro raro caso, un grupo para "alumnos" fue coordinado por adherentes, o algún adherente co-coordinó un seminario dirigido por un fundador. Las actividades que aparecen programadas en sus primeros seis números de una publicación que era anual, son todas de "estudios" conceptuales, ningún cuestionamiento acerca del psicoanálisis y su transmisión.

Trigueros se queja de lo cretinizante de considerar la jerarquía, por estar antes - linealidad temporal- y considera, con acierto, saludable la crisis. Cabe preguntarse por qué esta escuela que se cuestionaba el tema del estilo, de la transmisión tuvo tan poca duración. Por qué después de cierto tiempo, éste y otros desprendimientos del Ateneo Psicoanalítico de Córdoba, unido a la llegada de algunos exilados, y otros con sus experiencias institucionales o en el borde de algunos otros intentos, volvieron a reunirse, a reunirnos, vale decirlo, en otra escuela, esta vez école, école lacanienne de psychanalyse, que si bien promueve en su proposición, como quiere Trigueros, "una lectura intranquilizante, descentradora155", tampoco retomó el problema de estas sociedades anti-analíticas, el problema de tanta escisión sin dis-solución. ¿O es que se consideró, que consideramos, que no había nada que aprender de estas experiencias? No se trata de "leer a Freud ni a Lacan sin conmoverse uno, sin sismos diarios"156, como dice Trigueros.

Se pregunta:

¿qué valor "formativo" pueden tener los ateneos, grupos, o como quieran llamarse, o Escuela Freudiana si viene al caso, en los cuales se perpetúen viejos métodos, haya quienes crean saber lo imposible y quienes pretenden saber lo que no puede saberse y no se produzca descentramiento?

Trigueros entonces en 1980 ya denunciaba la psicologización del psicoanálisis haciendo pie en las formaciones del inconsciente y lo que formulara Lacan, lo mismo que la psicopatología defensiva a que dio lugar que pretende normalizar y domesticar.

Unas cuantas palabras más en este sentido y finaliza el artículo diciendo que es una denuncia de un "bello negocio": la "familiarización" de los lacanianos, que, seguramente, no ha terminado.

El artículo de German García es la trascripción de una conferencia dada en Córdoba, el 23 de agosto de ese año: Malentendido. Fue pronunciada cuando estaba "fresquita" la carta de disolución de la École Freudienne de París y la venida de Lacan a Caracas en el mes de julio de ese mismo año, que el Cuadernos nº 8 omite mencionar.

German García hace una puesta siguiendo paso a paso y cotejando lo que se conoce como sesiones 6 y 7 -las últimas- de lo que fuera a su vez el último seminario de Lacan que se conoce, resonando con lo que venimos haciendo retumbar, con el nombre de Disolución. Dichas sesiones fueron: la pronunciada antes de viajar a Venezuela -10 de junio de 1980- y la que pronunció en Caracas -12 de julio de 1980- , bajo el mismo título con la que se conoce la primera: Malentendido.

García puntúa algunas cosas siguiendo el texto de Lacan:

"Algo se concluye en Paris, un instante de mirar producido por la curiosidad de ir a ver, abre un nuevo tiempo de comprender. Si transmitirse por lo escrito puede ser de provecho a los matemas, hacerse presente seguro que no lo es: una fotografia no es un grafo".

Sigue la despedida de París:

"No se imaginan la cantidad de gente a la que eso embroma que me asome por allá, y que haya convocado a mis lacanoamericanos. Embroma a quienes se habían ocupado tanto de representarme que basta con que me presente para que no den pie con bola. Voy pues a instruirme allá, pero evidentemente voy a volver. Lacan abre el juego entre presentación y representación y García también al transcribirlo.

German García remarca: "Hacerse presente para disolver una representación. Disolver el lugar del mediador, el lugar del poder. No más Leclaire, esto es oscuro. Si este malentendido no está maloído, se acabó la mediación y cada uno deberá autorizarse en lo que escucha y en lo que lee".

(...) "Me han señalado que mi seminario de este año no llevaba título. Es verdad. De inmediato van a ver por qué. El título es: ¡Disolución!" 157

Al terminar de leer la "despedida parisina", que la sigue párrafo por párrafo, German García apunta:

"Para los discípulos franceses se trata de eso, de la captura producida por el significante disolución. Siguiendo con el malentendido. ¿De qué se trata para los lacanoamericanos?. Lacan dice en Caracas: 'Vine porque me dijeron que era el lugar propicio para convocar a mis alumnos de América Latina. ¿Es que son ustedes alumnos míos? No los prejuzgo. Porque mis alumnos acostumbro a educarlos yo mismo. Los resultados no son siempre maravillosos. No ignoran ustedes el problema que tuve con mi escuela de Paris. Lo resolví como se debe tomándolo por la raíz. Quiero decir arrancando de raíz mi seudoescuela. Todo cuanto obtuve de ella me confirma que hice lo debido. Eso es ya historia antigua.'"

Una seudoescuela. Esta palabra cuestiona la escuela por un lado, y la posibilidad por lo tanto, de que sea suya. Esto podría darnos pie a cuestionar una Escuela. También nos da lugar a decirnos que parodiar una seudoescuela puede dar lugar a una mostración de su falsedad, o de la imposibilidad de que sociedad y psicoanálisis se junten a no ser que la sociedad sea una reunión que ocurra en una impronta momentánea.

German García interrumpe por un momento la lectura del Seminario de Caracas y dice:

"Lacan habla del inconsciente como el malentendido que está en la raíz, dice que parece haber echado raíces en América, y que arrancó de raíz su Escuela. Aquellos eran sus alumnos, nosotros somos sus lectores. La diferencia sería la "pantalla" que hace la persona. No somos alumnos sino lectores de Lacan, y le escuchamos decir que sin duda se trata del porvenir, siempre que eso favorezca los matemas. Lectores que iremos, de ser posible, de la lengua a los matemas y del discurso a la escritura.

No se trata de un progreso, sino del porvenir: un nuevo "malentendido" que la palabra raíz sitúa en el texto. Arrancar de raíz la escuela de París, - de París, así, está especialmente subrayado-, echar raíces en América Latina: el inconsciente dice que en el farfullar de los antepasados echa raíces el malentendido".

Lo que parece tan simple en la lectura de German García en realidad no lo es. Con todo este juego con la palabra raíz, con escuela, la palabra alumno cae. Parece que Lacan no tiene tampoco muchas esperanzas de encontrar acá alumnos. No hay nada que asegure que los lectores no terminen siendo sólo reflejo, y que se pongan a escribir o a hablar según las "traducciones" con las que hemos contado o contamos de Lacan.

¿El primer malentendido que se perfila según el autor? La producción de nuevos mediadores. - Evidentemente, para Germán García, Miller no es mediador, pero sí quizá Diana Ravinovich-. Esto más que un entendido de la manera en que Lacan nos lo presenta es un entendido apresurado para que todo siga en el lugar que estaba. Se pregunta hacia el final y cita:

"Vengo aquí antes de lanzar mi causa freudiana. Como ven, aprecio el adjetivo. Si ustedes quieren, les toca a ustedes - ¿a los lacanoamericanos?- ser lacanianos. Moi, je suis freudienne.

La pregunta de García: Si el discurso de Lacan es una lectura de Freud...¿Cómo imaginar un discurso que sea una lectura de Lacan"?

Lo que propone Lacan a través de su enseñanza y de su trabajo -no es solo discurso- no es simplemente una lectura de Freud. Hacerse freudiano va más allá de eso. Es una posición en la que él está implicado y de lo cual fue necesario dar testimonio.

Es un interesante planteo. Desde ahí, ¿qué es hacerse lacaniano? La venida de Lacan ¿qué produjo en los lacanoaméricanos, que hasta ese entonces eran solo grupos que comenzaban a dividirse? Es una pregunta que, este artículo de Germán García no puede contestarnos porque hacía unos pocos días que Lacan había estado en Caracas. De todas formas el artículo para finalizar nos deja lo siguiente: la posición de adjetivo de freudiano.

Otra cosa que señala el artículo: ahora no hay mejor discípulo de Lacan que Freud, lo que demuestra que siendo consecuente se termina por ser antecedente. Y señala: Borges habló sin escándalo de esta paradoja: Un verdadero escritor genera sus precursores.

Remarcamos entonces de estos artículos: la disolución, el malentendido, la parodia, el "habrá sido" de la transmisión.

Notas

126 cf. Rosa Lopez El estilo en la transmisión del psicoanálisis Ed. Topía 2000

127 cf. El estilo en la transmisión del psicoanálisis Op. Cit

128 Cf. Torres Enrique Psicoanálisis de Provincia en Psicoanálisis en el Siglo 3/4 Córdoba 1995

129 ibid pp. 105

130 Además por supuesto del artículo de Pizarro Crespo en la Revista Psicoterapia en 1936

131 Citado por Vicente Mattoni en Conexiones del psicoanálisis Op. Cit. Pp 105

132 Según datos obtenidos de un fragmento facilitado por la Dra Ricco, que fuera Miembro del Equipo de Psicopatología del Hospital Nacional de Clínicas, del trabajo de tesis presentado para validar su título en Italia. Mi agradecimiento a ella y a Pedro Palombo que hizo el lazo.

133 Erotología Revista Virtual de Psicoanálisis. Entrevista por Ingrid Tartakovsky, F. Alsina y S Sepúlveda. Bs As. 5 de agosto de 2001

134 M. Pasternac "Freud y Lacan" de Althusser, un cuarto de siglo después. En Litoral 17 Edelp Octubre 1994. pp 123

135 Como vemos en los pioneros del Lanús, que a pesar de que sus posiciones y lugares variaron, que ya no son "el Lanús" y varios viven fuera del país, siguen haciendo el mismo tipo de análisis que imaginariamente los coloca dentro.

136 Ibid pp125

137 Ibid

138 M. Pasternac Reportaje en Revista Acheronta 16, realizado por N. Ferrari, G. Pietra y M. Sauval.

139 cf. Braunstein y otros Psicoanálisis, ideología y ciencia 1975 Ed Siglo XXI

140 Figura en el Prólogo de Masotta, no así en la tapa del libro.

141 ibid

* Así en el original

142 Conexiones delpsicoanálisis Op. Cit pp.31-32

143 Ibid pp. 13 a 17

144 Ver supra

145 ibid

146 Op cit. Pp 56 y sig.

147 ibid

148 ibid extraída de Cuadernos Sigmund Freud 5/6 pp. 174

149 Ibid pp. 66

* resaltado mío

150 Revista del Ateneo Psicoanalítico de Córdoba nº 1 1981 pp. 9

* resaltado mío

151 Ibid pp. 10

152 Ibid pp. 66

153 Cf. Ibid pp. 26

* resaltado mío

154 Ibid pp.28

155 Ibid pp.29

156 Ibid

157 Garcia German Malentendido en Conexiones del Psicoanálisis 1Escuela Freudiana de Córdoba 1980.


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