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Seminario
Neurosis y Psicosis
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Coordinado por :
María Laura Maldonado


Clase 4
Horacio Martinez

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19 de junio de 1996

Hoy se continuará con la vía que se inició la vez pasada, para poder empezar a pensar con Uds. ¿ qué papel juega la inhibición respecto de la neurosis?; y se intentará presentar una versión, en la cual se le hará jugar a la inhibició un papel preponderante.

Había sugerido que leyesen una parte de uno de los "Tres Ensayos...", donde Freud postula la existencia de un período de sexualidad infantil.

El primer ensayo habla de las perversiones sexuales, plantea la hipótesis de un infantilismo sexual en los fines sexuales de las perversiones, que sería como una vía que Freud encuentra para plantear la existencia de una sexualidad infantil. El período de sexualidad infantil es continuado temporalmente por una etapa de latencia, y a su vez, por la pubertad.

"Parece cierto que el recién nacido trae consigo al mundo impulsos sexuales en germen, que después de un período de desarrollo van sucumbiendo a una represión progresiva..." 1

Hay una sexualidad que se traería en germen y parecería que es algo que tiene que ver con lo que se trae hereditariariamente, que eso tiene un pequeño desarrollo y que le sigue una represión progresiva. Más adelante dice:

"Durante este período de latencia total o simplemente parcial, se constituyen los poderes anímicos que luego se oponen al instinto sexual y lo canalizan marcándole su curso a la manera de un dique (el asco, el sentimiento de vergüenza, los reclamos ideales en lo estético y en lo moral)" 2

En esta etapa, que Freud llama de inhibiciones sexuales, se van a instituir los poderes anímicos, que a la manera de un dique, se oponen al instinto, lo canalizan y le van marcando un curso.

Pareció ser una metáfora muy rica, (que sugiero leer a aquel que se sienta convocado), y que aparece desarrollada en el Seminario IV de Lacan, en la segunda y tercer clase, donde él intenta explicar una serie de cuestiones ligadas a los "Tres Ensayos..." y a la idea del rehallazgo de objeto, tomando la idea de dique.

Pensemos en el uso metafórico que le da Lacan: existe, en primer lugar, lo que se podría llamar una corriente de agua que va de ningún lado a ningún lado. En tanto que se mueve, se puede presuponer que hay allí una energía, pero, la posibilidad humana de aprovechar esa energía implica necesariamente que, en este curso naturalmente dado, se establezca algún tipo de oposición; por ejemplo, que se construya una pared que no permita que este flujo continúe y que facilite que se empiece a acumular cantidades crecientes de energía; el dique deja salir agua a su antojo, y en la medida que haya creado mayor acumulación de energía colcando en la salida de agua, por ejemplo, una turbina o algún aparato capaz de captar o transformar esa energía en otra cosa, se encontraría algo que ahora puede empezar a ser aprovechado por los humanos.

En el Seminario de "Las Relaciones de Objeto", Lacan va a proponer una operatoria simbólica referida a ese curso del río: el ser humano realiza una operatoria por la cual "arranca" esa energía potencial que el río tiene y la transforma en algo utilizable a sus propios fines; metafóricamente podríamos decir que la inhibición opera de la misma manera respecto de esta sexualidad que, al parecer y según Freud decía, el ser humano traería, es decir: que no se la inhibe para destruirla o para sofocarla sino que se la inhibe para poder utilizarla, para poder aprovecharla a los fines humanos.

Freud también refiere a los poderes anímicos que, a manera de diques, intentan canalizar y aprovechar la energía; estos diques se encuentran descritos, no solamente en este texto que habla de la sexualidad, sino también en otro texto de Freud que es "El Malestar en la Cultura", donde habla de cierta situación del ser humano en sociedad y el malestar que le genera la vida en sociedad.

En ambos lados aparece la siguiente idea: hay ciertos poderes que se oponen a lo que sería la tendencia natural de la sexualidad; del lado de la sexualidad pueden ser vistos como una restricción, como una coartación, mientras que del lado de la cultura (y ésta es una de las hipótesis más firmes de "El Malestar en la Cultura"), son una restricción necesaria para que otros aparatos se muevan, es decir, como si la cultura fuera una especie de ingeniero que extrae energía sexual al ser humano para luego utilizarla para el movimiento de otras máquinas culturales.

Ésto, en otros textos de Freud, (textos que siguen una determinada secuencia histórica como son: "Tótem y Tabú" y "Moisés y la Religión Monoteísta"), es planteado como un progreso cultural: existe, por un lado y primeramente, una renuncia pulsional que favorece un progreso cultural, en cada uno de esos progresos media un dique, un dique que se establece, que inhibe el movimiento de la corriente sexual y que (porque hay esta restricción pulsional) permite un movimiento de progreso en la cultura.

Oscar Masotta critica, en parte, esta idea freudiana, porque la considera una hipótesis simple de conflicto entre el individuo y la cultura, o lo que se podría llamar: el apetito sexual individual versus las restricciones sexuales culturales. Si bien es cierto que la moral cultural siempre implica algún tipo de pauta restrictiva sobre lo sexual, Masotta plantea (en "El Modelo Pulsional") que le parece poca cosa para sostener la existencia del conflicto psíquico, que algo debe haber en la sexualidad que en sí misma la haga incompatible respecto de la satisfacción.

La tendencia (al menos tal cual Freud la describe), va hacia un fin, es una fuerza constante que nace en una zona erógena y tiende hacia un fin; daría la impresión que la cultura, a través de los diques, lo que intenta es coartar estos fines. Un ejemplo: los lazos libidinales que unen a las personas que conviven en sociedad están formados por pulsiones coartadas en su fin. ¿ Qué cosa coarta en su fin a la pulsión ?, un dique, una barrera que desvía a esa corriente para otro lado. Pero lo que dice Masotta en este punto es que si así fuera, el hombre estaría en constante lucha contra un otro poder que intentase impedirle su propia satisfacción (sería casi un planteo revolucionario en el plano de lo sexual).

Lo que Masotta plantea es que quizás respecto de este fin la cosa ya está complicada de entrada, y que si se dejara liberada la pulsión no se sabría si alcanzaría ese fin, y de alcanzarlo, sería muy difícil plantear que eso que Freud llama satisfacción, coincidiría con la satisfacción de alguien; en ese punto, se trataría de la satisfacción de una pulsión, pero como Masotta dice: una pulsión es acéfala, no tiene sujeto, no hay un sujeto de la pulsión, entonces, de ninguna manera se podría decir que la satisfacción de una pulsión implicaría que alguien se satisfaga de eso.

La idea del dique no sólo tiene que ver con la cultura como una gran otra cosa que se opone a la satisfacción individual, sino que parece que la idea de dique empieza a apuntar a la posibilidad de que alguna entidad pueda arrogarse para sí la utilización de esa cantidad de energía.

En los términos de los "Tres Ensayos...", Freud habla de inhibiciones que tienen que ver con el asco, el pudor, etc; a éstas cosas Freud llama diques, que inhiben conductas ligadas a las pulsiones parciales, como por ejemplo: si se toma el par pulsional: exibicionismo-voyeurismo, el pudor aparecería como una barrera a una tendencia exibicionista, y así las otras barreras relativas, por ejemplo, a lo oral, como es el asco 3.

Recapitulando: tenemos a la inhibición funcionando en esta etapa de latencia (no necesariamente contemplándola como un proceso puramente negativo sino más bien tomándolo como un proceso conformador de una posibilidad), e introduciéndo allí una acción respecto a un campo que hasta ese momento se movía sólo, que no tenía una subjetividad que lo comandara; es como si se dijera que la primera operación que el sujeto hace respecto a la sexualidad es inhibirla, ponerle un freno.

De lo dicho anteriormente se desprenden dos consecuencias en esta etapa (que serían las que marcan el destino ulterior de la neurosis): una tiene que ver con lo que en este texto y otros posteriores Freud va a llamar wissenstrieb, cuya traducción posible sería: pulsión de saber, y que se desarrolla en el período previo a la latencia, que está ligada con la búsqueda, de parte de los niños, de un saber acerca de la sexualidad. Como pulsión puede ser muy discutible, como pulsión incorporada a las otras pulsiones de las que Freud habla, pero que en principio se podría tomar como una cuestión metafórica: se trataría de una tendencia cuyo fin, exótico, sería saber.

La satisfacción de esa pulsión tendría que ver con el logro de un saber. ¿Qué se quiere saber ?, se quiere saber sobre la sexualidad y más concretamente sobre la generación de nueva vida.

Freud va a decir que este intento del niño fracasa, y fracasa porque su cuerpo todavía no está preparado para dar la respuesta que necesita. Si es el niño el que fracasa, algún proceso inhibitorio tuvo que haber habido para que el niño pudiera capitanear esta pulsión. Es decir, si se plantea a la pulsión estrictamente como pulsión de saber, se trataría de una pulsión que quiere saber a espaldas de todo niño; pero si Freud dice luego que es el niño el que fracasa en su intento de saber, o bien en algún momento el niño hizo algo para pasar a ser sujeto de esa pulsión y hacerse cargo de ese fracaso, o bien, se trataría de otra pulsión cualquiera que el niño inhibió y varió en su fin.

Se produce un dique, una inhibición en alguna pulsión parcial sexual y el niño troca el fin que tenía la pulsión por un fin propio: querer saber, desde un empuje pulsional; quiero decir, que se trata de la injerencia de una pulsión, de una fuerza constante respecto de la posibilidad de saber acerca de lo sexual; ésto puede ser visto en los niños, en el carácter compulsivo que tiene (a la manera de los neuróticos obsesivos) el que no puedan parar de preguntar ciertas cosas, pero sin preguntar nunca exactamente lo que haría falta preguntar. Ésto estaría signado por el fracaso porque el cuerpo no le da la respuesta, es decir, el niño todavía es un niño, y recién llegada la pubertad el cuerpo podría responderle algo respecto de la sexualidad; ¿ qué podría responderle ?

Freud dice, en uno de los últimos borradores antes de su muerte (en tres o cuatro frases, una de las cuales habla de los niños y los berrinches de los niños), que ese berrinche del niño de podría entender como la única manera que el niño tiene de descargar la sexualidad faltándole el orgasmo. Los niños no tienen orgasmo pero tienen sexualidad; entonces, ¿ cómo llegan a descargar esa tensión sexual ?, ¿ qué alivio pueden llegar a tener respecto a esta tensión ?

Su cuerpo no les ofrece ninguna solución anatómica y es en este sentido que se debería entender lo que Freud dice: que el cuerpo fracasa en la posibilidad de darle respuestas al niño. El niño no sabe del orgasmo, y por no saber del orgasmo, no puede terminar de entender de qué se trata esta tensión. Quizás, y ésto se trata de una hipótesis, esta inhibición sexual también sería una forma de resolver algo que de todas maneras, si no, no tiene solución.

Respecto a lo que sería el fin de esta pulsión de saber, lo que queda como resultado es un no saber, hay una imposibilidad, de parte del niño, de saber. Por otra parte, se puede decir que del lado de su cuerpo, hay cierta dificultad en resolver la tensión que la sexualidad infantil le plantea. Está "jorobado" por los dos lados: no puede saber y está impotente respecto a poder resolver este tema de la sexualidad. A ésto último, se lo plantea como un no poder, una dimensión de no poder respecto a lo que la sexualidad plantea como exigencia; es como si el campo de la sexualidad lo enfrentase a dos grandes imposibilidades, la de saber y la de poder respecto a eso que allí se creó.

Ésto que se supone que ocurre en este momento de la latencia, es algo que tendría que cobrar otra dimensión llegada la pubertad, básicamente, porque allí algo pasa en el cuerpo, y las cosas que antes aparecían como imposibles ahora comienzan a cobrar cierto grado de posibilidad.

Pero también podría ser que esta dimensión de imposibilidad continuase durante la pubertad y que, por lo tanto, determinara la situación neurótica por excelencia; es decir: si el no saber y el no poder fueran los ejes centrales del problema del neurótico, un niño no podría escapar de ésto, como dice Freud: está condenado por su anatomía a padecer ésto, pero, podría ser que en la pubertad algo de ello encontrase un destino diferente, mientras que quizás en la neurosis, el no poder y el no saber se acentuen, es decir, como si se dijera que todo ésto que implica un nivel de inhibición (metáfora del dique) va preparando una posibilidad posterior.

Pero también puede instituirse en una pura inhibición, y no determinar ningún destino posterior; en este sentido, se podría empezar a pensar que el no saber y el no poder serían como formas concretas de pensar cierto carácter de la inhibición.

En las primeras versiones de los "Tres Ensayos...", Freud dice que no hay nada en el plano de la sexualidad infantil que pueda funcionar como organizador de la sexualidad; Freud ve a la sexualidad infantil como una sexualidad que tiende a distintos fines y que ninguno de éstos es preponderante sobre los otros; cuestión ésta que diferenciaría a la sexualidad infantil de la sexualidad de la pubertad en adelante, donde sí existiría un fin sexual de la pulsión sexual.

Muchos años después, Freud va a plantear, en otro texto 4, que la sexualidad infantil concluye en lo que él va a llamar la fase fálica, y que lo fálico (si bien no en términos corporales, orgánicos, pero sí en términos psíquicos), funciona como un organizador de la sexualidad infantil. En el texto habla de una organización genital infantil, y allí aparece planteada una diferencia entre lo que sería una organización fálica y una organización genital posterior; como que lo genital correspondería a la pubertad.

Interesaba acentuar la siguiente lectura: la organización genital infantil es la fase fálica, es lo que organiza, a la manera de lo genital, la sexualidad infantil. Es decir: la fase fálica es la fase rectora y la que le da un destino posible a la sexualidad infantil y le da una resolución, inclusive, en términos psíquicos. Pero el problema de la existencia de la fase fálica es que no hay organización genital de la pubertad, es decir, no hay un a-posteriori en la pubertad que sea una organización genital donde la sexualidad se organiza de una manera distinta. Mientras no existe fase fálica parecería que hay una evolución armónica con un período de descanso donde, el individuo viene de una sexualidad polimorfa en la cual cada tendencia tira para donde quiere, se produce la inhibición, entra en latencia y de pronto se organiza respecto a la genitalidad como siendo algo que lleva al encuentro con el otro sexo. Pero si se introduce la fase fálica, ya no hay organización genital porque no se puede desprender de la fase fálica ninguna organización genital por más inhibición que haya.

El problema teórico que introduce el texto de "La Organización Genital Infantil" es este trastocamiento: lo genital se organiza en la infancia y, por lo tanto, cuando debería aparecer, aparece trastocado, aparece otra cosa: los efectos del complejo de castración, es decir, para los varones, las mujeres ya no son más mujeres sino hombres a los que les quitaron el pene, ya no hay una tendencia natural hacia ellas sino un universo complicado en el cual siempre pende la amenaza de castración.

Con en el último ingrediente introducido, se puede pasar a la cuestión del no saber y el no poder.

Este saber acerca de la castración cada persona lo organiza en su cabeza en el momento de la sexualidad infantil; se llega a ese saber en ese momento.

Freud dice que ese saber, en el momento de la sexualidad infantil, no estaba disociado de la búsqueda de una satisfacción sexual. Es decir: existe, en esa época, un fenómeno de masturbación infantil que es inútil porque crea excitación y no lleva a ninguna descarga, aparece una tendencia sexual orientada respecto a los genitales porque éstos cobran un lugar central como órgano erógeno, pero respecto a la satisfacción son impotentes, no pueden; y respecto a lo que allí podría instalarse como saber, también aparece una imposibilidad, la diferencia de los sexos resulta imposible de saber. El niño hace las teorías más complicadas, con tal de no aceptar este dato que no se puede saber. Luego, el ser humano se introduce en la latencia con este antecedente.

P: Quería hacerte una pregunta en relación a la pulsión de saber. En Freud, parecería que se apuntalara en otras dos pulsiones, y que se apoya en las pulsiones sexuales pero que no corresponden a ella, lo cual complejiza la cuestión, y vos lo pensabas del lado de la inhibición; ahora, ¿ por qué del lado de la inhibición y no del lado de la represión ?

Lic. Martínez: De la idea de inhibición se pueden desprender ciertas consecuencias interesantes para ser pensadas; en este punto la inhibición no tiene que ser entendida estrictamente como aquello que se define así en el campo psicopatológico de los adultos, sino como Freud la llama en "Tres Ensayos...": un dique, algo que corta una corriente y, o la frena o la desvía; en ese punto, no se diferencia mucho de la idea de represión.

La inhibición sería un resultado un poco más inteligente que el de la represión; Freud dice en muchos de sus textos de la última época, que la represión es algo así como lo que el pobre Yo de esos años infantiles puede hacer cuando "las papas queman", no es una respuesta muy feliz sino una manera violenta de sacarse de encima un problema. La inhibición no sólo pone el dique sino que también trata de ver cómo puede aprovechar esa derivación. Parece ser que hay algo que también se liga con ésto en el texto de los "Tres Ensayos..", y que Freud plantea como sublimación.

Se podría suponer que ciertas pulsiones, como la pulsión de ver o la pulsión de dominio, serían dos pulsiones que, coartadas en su fin, se aunan a los fines para conformar la pulsión de saber, y si ésto es así, entonces debió haber un proceso que hizo que cambiaran de fin (porque si no, se podría pensar que las pulsiones se asocian solas como si tuviesen autonomía), tuvo que operar algún tipo de maquinaria que estableciera estos cortes y estas orientaciones. Parece importante rescatar este postulado de la pulsión de saber para tratar de entender qué es, y entender también por qué está condenada al fracaso.

En el texto "Un Recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci", Freud plantea destinos posibles de la pulsión de saber después del fracaso que sufre. Como texto, en cuanto a los destinos de la pulsión de saber después del fracaso, parece poco optimista. Freud dice que, después de ese fracaso, quedarían tres grandes opciones: o bien no insistir más, que la represión gobierne de ahí en más el destino de esa pulsión; o bien que esa tendencia, que se logró desviar a los fines del saber, recibiese un destino obsesivo 5; o bien (por ejemplo, lo que le pasa a Leonardo Da Vinci), la represión se levanta, pero el pensamiento no se sexualizara, existe una capacidad de saber, de conocimiento no reprimida, no inhibida y no sexualizada; con lo único que pagaría una persona como Leonardo Da Vinci, es que se desinteresa de los temas sexuales, pero, para todo lo demás, tendría una potencialidad asombrosa.

Los temas de la debilidad mental neurótica y de la neurosis obesiva, son temas que Lacan retoma y que tienen que ver con lo que se está planteando hoy aquí: una imposibilidad de saber.

En el Seminario X, "La Angustia", Lacan intenta una lectura del texto "Inhibición, Síntoma y Angustia" de Freud. En el mismo seminario, Lacan plantea un cuadro de nueve casilleros en el cual pone otras cuestiones que tienen que ver con producciones propias del campo de la neurosis, distintas y diferenciables de la inhibición, del síntoma y de la angustia.

En principio, se podría decir que desde la angustia hacia la inhibición, daría la impresión (al menos clínicamente hablando), que algo es más logrado, a la vez que, contrariamente, es menos logrado; es decir, una persona que está padeciendo angustia, respecto a su padecimiento, a logrado poco, sufre mucho, pero, daría la impresión que esta persona sufre mucho porque está muy cerca de algo que no sabe qué es, que hay algo que puede llegar a pasar, que no sabe qué es, pero que de alguna manera supone la causa de su sufrimiento.

Si se remonta esta escalera hacia el lado de la inhibición, la persona cada vez sufre menos, pero cada vez se siente más alejada de aquello que en los alrrededores de la angustia podría llegar a acontecer.

En el punto de la inhibición, y si la inhibición funciona bien, probablemente no haya sufrimiento, pero aparecería la idea de que allí hay algo que no se realiza; por lo tanto, se tendería a suponer que este cuadro es recorrido por eso que, con Freud, se puede llamar una tendencia, que parte de alguna fuente y se dirige hacia un fin; cuanto más arriba es tomada esta tendencia, más claramente se la puede controlar, y por lo tanto, más lejos del fin se haya la tendencia.

Habría ciertas cuestiones que están en la parte inferior del cuadro que estarían vinculadas con el fin, con la angustia. Otras cuestiones propias de la parte superior del cuadro estarían vinculadas con la inhibición. Lacan va a poner en la parte superior izquierda del cuadro, algo que llama: emoción, y en la parte superior derecha (al lado de la inhibición), lo que llama: impedimiento; y el fundamento que da de cada una de ellas es: un no saber y un no poder, respectivamente. Si Uds. leen las clases en donde Lacan habla de la emoción y el impedimento, él trabaja mucho con la etimología.

Alfredo Cosimi facilitó una vez un resumen que es de un seminario dictado en Mar del Plata, por Ritvo, en el cual Ritvo dice:

"El impedimento es una buena traducción del francés empêchement, que a su vez deriva de impedicare, ser tomado en la trampa". La trampa de que se trata es la captura narcisística.

"Aquí, todo el problema que se plantea es cómo se mira este término, el término poder, y sobre todo este no poder. No será en el sentido de hacer cosas o del campo de la motricidad, etimológicamente este tiene que ver con el ser tomado en la trampa". Esa trampa es una trampa narcisística que el propio Yo hace para hacer caer.

"El impedimento no es el redoblamiento de la inhibición. En la inhibición no hay sujeto y el impedimento es un nivel constitutivo". En este sentido habría que conjugarlo respecto del síntoma.

Este avance de la inhibición hacia la columna que es propia del síntoma, no es un redoblamiento sino que pone en juego lo propio del síntoma y que es el sujeto; es decir, la cuestión de este no poder habría que pensarlo entendiendo la trampa narcisista y esta idea de que en la inhibición todavía no hay sujeto.

Es interesante pensar que allá, en la época de la latencia, cuando la inhibición establece el dique, éste daría la posibilidad de que un sujeto entrase a tener que ver con la pulsión, pero que al mismo tiempo todavía eso no ha ocurrido porque el Yo entra a tallar en oposición al sujeto y hace caer al sujeto en la trampa; hay una interferencia entre el Yo y el sujeto y el Yo lo hace caer en la trampa, le produce este impedimento, y entonces el sujeto se queda en la situación de no poder.

¿ No poder respecto a qué ?, a esto que aparecía como una tendencia y que de algun manera, después de la inhibición, habría producido un sujeto capaz de arrogarse algún tipo de cuestión en relación a esa tendencia; pero poco hábil, se monta en la tendencia, y al rato cae en la trampa y queda impedido.

Ahora hay un sujeto impedido, cuando antes había una tendencia inhibida. Lacan plantea ésto diciendo que la inhibición es un síntoma en el museo, cuestión que muchos leen como: algo que una vez fue un síntoma y que ahora ya nadie siente nada, está ahí, en el museo. En este sentido, parecería que se puede ver esa diferencia: la inhibición no tiene dimensión subjetiva, mientras que el impedimento sí.

Así como antes se marcó que en la angustia hay un sufrimiento que nadie puede dejar de percibir, mientras que en la inhibición no hay nadie para percibirlo, acá, con este primer paso que se dió, se tiene un sujeto capaz de percibir que está impedido, un sujeto que ha caído en la trampa. La intención sería, dentro de 15 días, continuar con la emoción y con lo que del lado de la angustia es acting out y pasaje al acto. Poder pensar algunas cuestiones más con respecto a este cuadro, que es interesante por lo que abre de fenomenología en la clínica de las neurosis.

Lo fálico gobierna lo genital, y es ésto lo que hace entrar al ser humano bastante mal preparado al campo de la sexualidad, no entendiendo nada y pensando cualquier cosa.

Existe algo que tiene que ver con el posicionamiento del Yo respecto al problema de la castración, el lugar en el cual el Yo se siente cómodo respecto a la castración y que es el lugar de falo imaginario, lugar de completud respecto al deseo materno, lugar en donde el Yo se constituye y en donde el Yo se siente cómodo. Hay algo análogo al complejo de castración al nivel del Yo que tiene que ver la pérdida de ese lugar; ser desalojado de ese lugar de falo imaginario, ser desalojado como Yo, de ese lugar de completud respecto al deseo de la madre es algo que se podría inscribir en los términos de una herida narcisista. En ese punto, la posición del Yo, respecto al problema de la castración, es muy egoísta y absolutamente a-sexuada, el Yo no está ni como hombre ni como mujer sino como una entidad que le gustaría estar en un lugar donde taponase la falta, y donde, gracias a esa función que el Yo cumple con inestimable placer, el otro lo amara. Ésto es como la fantasía neurótica propia del Yo, venir a ocupar este lugar donde supone que lo llaman, de obturar cierta falta para que el otro se apacigue; ésta es una vía, y se podría suponer que lo que es llamado trampa narcisista tendría que ver con un movimiento del Yo tendiente a conservar ésto. En ese punto, hay un movimiento del sujeto respecto a lo que se llamó: una tendencia.

También se puede suponer que algo de ésto lo ubica a ese sujeto en el dilema de ocupar una posición sexual desde lo que él tiene en su cabeza 6 que es el complejo de castración y las posiciones fálico-castrada.

Tratemos de suponer una conjunción de cuestiones donde, por un lado, se tiene: la sexualidad infantil, la masturbación infantil y el fracaso que lleva la falta de orgasmo; por otro lado, esta posición yoica de ocupar el lugar de lo que le falta a la madre; y luego, la posibilidad de ubicación del sujeto como ser sexuado. Ahí aparece algo que Freud y Lacan dicen que es central en esta cuestión y que es el término: falo. Con lo único que este sujeto, sea hombre o sea mujer, puede llegar a hacer algún tipo de argumentación allí, es con esta noción de falo, porque hasta allí llegó, no hay genitalidad, no hay significantes de la genitalidad, no hay argumento posible respecto a la genitalidad.

¿ Qué es el falo ?, ¿ cómo (de todas estas historias del Yo, de la falta en la madre, de la masturbación) se construye la noción de falo ? Parece que, y sobre todo en el Seminario de "La Angustia", Lacan lo dice más claramente: el falo no es el pene, y si se tiene que dar cuenta por qué el falo no es el pene, no es tán fácil que se puedas decir algo que deje conforme. Lacan dice en este seminario que el falo sería un pene siempre en potencia, siempre en posibilidad de realizar su acto; el falo es algo así como la representación en lo simbólico de la tendencia sexual, y es por ésto que, sobre todo los hombres, no pueden estar a la altura de la exigencia fálica, y por eso ésto se convierte más en un problema masculino que femenino. Aquello que aparece, por ejemplo, en la consulta, como impotencia, no viene a mostrar más que una fase de este impedimento, es decir, allí lo que se supone que la tendencia exigiría, resulta imposible.

Traten de ir viendo estas cuestiones, y si alguno de Uds. tiene la inquietud, trate de leer lo que Lacan dice de este cuadro, que están repartidas entre las primeras clases y las dos últimas clases del Seminario de "La Angustia".

Notas

1Freud, Sigmund. Obras Completas. Tomo VII. "[1.] "El período de latencia sexual de la infancia y sus rupturas". Amorrortu. pág. 160.

2Freud, Sigmund. Tomo VII. Op. Cit. pág. 161.

3Ésto está trabajado por Freud en el historial del caso Dora: dentro de las cuestiones que Dora le plantea a Freud y que éste trabaja como uno de los aspectos relativos a la pulsión oral.

4Freud, Sigmund. "La Organización Genital Infantil", en: Obras Completas. Amorrortu.

5Decíamos que cuando hablabamos de inhibición, en algún punto, lo equiparábamos a la represión; como destino neurótico clásico, planteado por Freud en el texto La Represión, la diferenciación de la neurosis está dado por el destino de lo que retorna de lo reprimido. Mientras hay represión y mientras ésta es exitosa, no hay problema. El problema se empieza a plantear cuando lo reprimido retorna por alguna vía, como por ejemplo, la vía de la inervación somática que nos hablaría del campo de la histeria, y la vía del pensamiento que nos hablaría del campo de la neurosis obsesiva; esta vía del pensamiento no es otra cosa que un montante pulsional que en vez de ir a parar al cuerpo va a parar al pensamiento; el pensamiento se sexualiza, enloquece producto de esta sexualización.

6Hablo de sujeto y de lo que tiene en la cabeza para que nos entendamos. La vez pasada les dije que el sujeto no es ningún individuo y que, por lo tanto, en su cabeza no tiene nada; pero no importa, porque estas entidades fálico y castrado son entidades del universo simbólico en el cual el sujeto se tiene que producir y en el cual no existe la categoría hombre-mujer; asi que podemos suponer la cabeza del sujeto como un universo simbólico en el cual están estas categorías como únicas para presuponer juicios y atribuir juicios a los objetos de la realidad.


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