Seminario
Psicoanálisis con niños
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Organizado por PsicoMundo y Fort-Da
Coordinado por : Lic. Ariel Pernicone
Clase Nro. 18
El síntoma en la estructura subjetiva
Mirta Benitez
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En cuanto al tema que me toca compartir con ustedes, por esta vía nada común en mis años de práctica como analista, puedo decir que es un tema que me preocupa y ocupa desde hace ya algún tiempo e intentaré darle algunas vueltas en este novedoso y cautivante espacio, contando con la forma particular de presencia de ustedes.
Me resulta absolutamente valiosa la ocasión en la que puedo discutir e intercambiar con otros, que como yo, se hallan atravesados por el deseo por psicoanálisis y creo que esta puede ser una vía por la cual esto se lleve a cabo y así lo espero. A la vez y en concordancia con la oportunidad que se me brinda, quiero agradecer al Licenciado Ariel Pernicone por su generosidad y confianza al invitarme, que me ha servido de motor de causa en este trabajo.
INTRODUCCION AL TEMA
Algunas preguntas me guiaron en el desarrollo del tema:
- ¿Siempre hacemos síntomas?
- ¿Qué función tienen los síntomas?
- ¿Es posible que prescindamos de ellos en algún momento, entendiendo su función en la estructura?
- El niño padece síntomas y eso es insoslayable pero: ¿Qué relación hay entre la aparición sintomática en un niño y el discurso parental? o ¿Que relación hay entre la aparición sintomática en un niño y la fantasmática de los padres o sea el deseo de esos Otros primordiales?
DESARRALLO DEL TEMA
Primero quisiera hacer un breve recorrido de lo que Freud no enseña al respecto.
En Inhibición, síntoma y angustia nos recuerda:
- "...el síntoma es indicio y sustituto de una satisfacción pulsional interceptada, es el resultado del proceso represivo."
- "Los Síntomas nos ocupamos aquí de síntomas psíquicos o psicógenos y de enfermedades psíquicas, son los actos perjudiciales, o al menos, inútiles, para la vida en su conjunto: a menudo la persona se queja de que los realiza contra su voluntad y conlleva displacer y sufrimiento para ella.
Su principal perjuicio consiste en el gasto anímico que ellos cuestan y además en el que se necesita para combatirlos. Si la formación de síntoma es extensa, estos dos costos pueden traer como consecuencia un extraordinario empobrecimiento de la persona en cuanto a energía anímica disponible y en tanto su parálisis para todas las tareas importantes de la vida.
Dado que en este resultado interesa sobre todo la cantidad de energía así requerida, todos estamos enfermos, o sea, todos somos neuróticos, ya que las condiciones para la formación de síntomas pueden pesquisarse también en las personas normales".El síntoma fue la piedra basal del descubrimiento Freudiano, se le reveló en primera instancia que los síntomas de las neurosis, este constituye una forma desviada, disfrazada de satisfacción. ¿Desviado con relación a que fin?
Freud entendió y trató de demostrar a los largo de su obra, que los síntomas de las neurosis eran equivalentes a la satisfacción sexual y estableció múltiples comparaciones entre el goce del síntoma y el orgasmo. El goce del síntoma quedaba entonces adscripto a Eros cuyo fin es la obtención de goce de la función sexual, cuestión que no pudo sostenerse de la misma manera luego de su teorización sobre la pulsión de muerte por la cual la autopunición pasa a ser una satisfacción, y el placer ya no es el fin.
Freud describe dos caras opuestas del síntoma, relativas a la satisfacción que entraña en tanto resulta de una transacción.
Una cara, la fundamental, como efecto de quiebre de la barrera de la censura, retorno de lo reprimido, que gracias a disfrazar las representaciones reprimidas es permitida su aparición en el yo.
Disfraz que se da por la sustitución de representaciones, de una representación por otra y por el efecto de los dos mecanismos en juego: condensación y desplazamiento.
La segunda cara, es la cara sufriente del síntoma, como modo de satisfacción de la instancia censora.
En estas dos caras localiza el beneficio primario del síntoma.
La tercer cara no tan importante en la economía del goce, es el beneficio secundario del síntoma descripto por Freud.
Respecto al padecimiento que acarrea el síntoma en su cara sufriente, es explicado como el precio pagado por el yo, sometido a las exigencias del super yo, por haber transgredido los límites impuestos al goce. El goce del síntoma es el goce de la transgresión. Transgresión a los imperativos morales encarnados por la censura.
En cuanto a estos síntomas nos referimos, hablamos del síntoma psicoanalítico, no hablamos ni de los síntomas psiquiátricos, ni de los síntomas biológicos. El Síntoma psicoanalítico nada en el mundo de la sustitución.
El término ERSATZ (sustituto) se encuentra reiteradamente en todos los historiales Freudianos. La neurosis es el reino del ERSATZ, todo allí es sustitución, el neurótico siempre dice A en lugar de B, como decía Freud en el proyecto.
Y la sustitución, Lacan lo subraya, es producto de la estructura del ser hablante. Es porque somos hablantes que hemos padecido el trauma del encuentro con el significante, con la palabra. Somos hablados por Otro mucho antes de poder hacer uso del lenguaje, ya que este nos preexiste.
Es por esta interacción entre la palabra (reino de la sustitución), y el goce del cuerpo que algo escuchado puede ser una bofetada, que alguien puede decir a partir de algo escuchado: "fue un cachetazo", que Isabel paralice su pierna porque su cuñado tan deseado le haya apoyado su mano allí, que Dora tenga catarro representando su flujo vaginal o que Juanito le tema al caballo en vez de al padre. Son modos de expresión del efecto que tiene la palabra sobre el cuerpo, de esa interacción y del lugar ineludible de la sustitución allí.
Lacan ubica al síntoma en un esquema denominado Grafo del deseo como respuesta al significante de la castración en el otro (A). Es un efecto de sentido respecto de la castración en el Otro (A).
Decíamos que el síntoma es posible porque somos hablantes y porque existe el trauma por el encuentro con el significante, con la palabra.
Es posible porque la madre es un ser hablante y por esto mismo puso en juego su castración a lo que se denomina castración materna. Es posible porque la madre no tiene todas las respuestas, porque hubo una hiancia que la madre no pudo cubrir, por que la palabra no agotó todas los cuestionamientos, porque la palabra nunca alcanza la cosa.
En esto la madre, el Otro primordial que esté en función materna mostrará, pondrá en juego su inconsistencia y el niño ubicará la falta en el Otro (castración materna): y ahí el SINTOMA, va al lugar de una satisfacción interceptada por una FRUSTRACION, se dirige al Otro, dentro de la relación del sujeto al lenguaje como tal, como sujeto en el discurso. Se dirige al Otro como metáfora a ser descifrada, hay un texto, otra escena, la escena del inconsciente. Es el sujeto del inconsciente en su relación con un cuerpo marcado por la palabra, el que produce síntomas. El sujeto del que hablamos no es un ente sino un sujeto que soporta un cuerpo.
Freud investigaba exhaustivamente como hacer y que hacer para modificar el sufrimiento del síntoma y encontró enorme sorpresa que es a partir de la palabra, de la interpretación que puede aliviar su sufrimiento. Se descubre así que el síntoma está hecho de palabras.
Con Lacan es un hecho de discurso, es una metáfora, que no deja de estar anudada a un cuerpo que encuentra una satisfacción pulsional en el síntoma que el sujeto no quiere perder pues goza de él.
Es en esta cara del síntoma, la del goce, que la interpretación encuentra mas obstáculos y resistencias.
Entonces, el síntoma es una interacción entre la palabra y el goce del cuerpo.
Cuando Lacan dice, que el síntoma es una metáfora, se refiere a la sustitución de un significante por otro, entendiendo al significante como una unidad fónica puramente formal. Podríamos reemplazar una letra que no quiere decir nada por sí misma, por otra letra, una sílaba por otra sílaba, una palabra por otra.
Es el terreno de las formaciones del inconsciente que es el reino de la sustitución significante.
Lo que le dá a la sustitución significante el valor de METAFORA es un plus de sentido es un sentido nuevo. La novedad metafórica abre la puerta al inconsciente. Ejemplos variados y más que abundantes tenemos en el libro de los sueños, en Psicopatología de la vida cotidiana, en el Chiste y por supuesto en el síntoma.
En la metáfora un significante ha sido reprimido en función de que otro significante ocupe su lugar (en el caso Juanito el significante caballo sustituye al significante padre).
Esto nos lleva a la METAFORA PATERNA, (formulación Lacaniana del Edipo Freudiano) que es la introducción del significante Nombre del Padre que sustituye al significante deseo de la madre, produciendo un efecto de sentido. El significante Nombre del Padre viene en lugar del significante deseo de la madre.
Es una sustitución que produce el ahuecamiento del Otro primordial materno, lo barra, y produce la castración materna dando esta metáfora un resultado que es la entrada del sujeto al mundo simbólico, al mundo de la sustitución. Dicho resultado se llama significación fálica.
Si la metáfora está operante aunque hay modos más y menos fallidos de la entrada del Nombre del Padre, si está operante estamos en la neurosis y por lo tanto la posibilidad de hacer síntomas está abierta. Tener la posibilidad de hacer síntomas en este sentido es un privilegio, en tanto nos pone del otro lado de la psicosis.
G. Pommier haciendo referencia al trauma ineludible para todo sujeto neurótico, ubica al primer trauma, al más primario, como el encuentro de la criatura humana con el significante, con el lenguaje al segundo trauma en el encuentro con la castración materna y al tercer trauma en la castración por el padre. El síntoma es una consecuencia de lo traumático.
Pommier lo dice de la siguiente manera:
"Es preciso entender que tenemos cierta libertad, libertad sería mucho decir, pero si que de los determinismos de lo traumático resultará algo que luchará contra ellos, es lo que denominamos el Síntoma.
El sujeto en su "libertad" se sirve de los síntomas para decir "No" a todo lo que lo ha determinado.
El síntoma en cierta manera es ese intento de libertad frente a lo determinado".
El síntoma nace, es consecuencia; es posible por la falta en el Otro, por la castración en el Otro, pero a la vez es una denuncia, es un llamado a la falta, cuando esta está muy fallida en la estructura. Cuando la falta en el Otro parece faltar, esto es: frente a una fallida entrada del significante Nombre del Padre, para instalar la castración materna, el Síntoma se produce con toda su fuerza para poner al padre en su lugar, para restituir una función imprescindible en la constitución subjetiva, pero esto es posible a su vez en tanto la metáfora paterna esté en juego.
Por esto, es que Lacan dice, que se trata de poner de nuevo al padre en su lugar, que el síntoma es metáfora, pero no en el sentido poético sino que es metáfora paterna.
Creo que a partir de este desarrollo inicial, las primeras preguntas que guían este trabajo, están por lo menos bordeados. Hacemos síntomas por la estructura misma de la neurosis y por su función en dicha estructura subjetiva es imposible prescindir de ellos. Se nos hacen necesarios por estructura. De todos modos hay síntomas y síntomas.
El gasto anímico que requieren, y la cuota de goce que conlleven estará directamente relacionada con el modo en que ha operado la falta de estructura, el modo en que ha ingresado el Nombre del Padre, el modo en que la función paterna ha podido acotar el goce entre el niño madre.
Lacan en dos notas sobre el niño, artículo fundamental en la Clínica con niños, dice:
"El síntoma en el niño es una respuesta a lo sintomático de la estructura familiar"
El niño como síntoma de la pareja parental tal como Lacan lo plantea, revela la relación entre la aparición sintomática del niño y el discurso paternal o la aparición sintomática del niño y el deseo de esos Otros primordiales que son los padres.
Hablamos del síntoma como sobredeterminación en la estructura del lenguaje y del goce que este conlleva y no puede descontarse una historia familiar y por ende el niño ocupa un lugar en el fantasma de cada uno de los padres, en las proyecciones inconscientes de ellos.
La función paterna asegura la distancia, esa mediación de tal manera que el niño, no quede expuesto a todas las capturas fantasmática quedando como objeto de la madre si sale del lugar de objeto, es seguro que la castración materna está en juego ya que hay un deseo que la habita más allá del niño, desencadenando en el niño respuestas, reacciones. Cuando la madre le dice que él no es todo para ella y que ama a un hombre, mas allá de él, es porque esta operante la ley de prohibición del incesto y no es sin consecuencias para el niño.
La ley entra en la estructura y esto se traduce en la castración. Todo niño responde de manera particular frente al encuentro con la castración materna. El niño se pregunta: ¿Qué quiere mi madre?, ¿No soy todo para ella?, ¿ Hacia donde mira ella?, ¿Cuál es son sus objetos de deseo?.
Es porque hay algo mas allá del niño para la madre que él deja de ser su falo, es porque opera la función paterna, que hay un ahuecamiento del Otro primordial materno.
No se puede descontar del análisis con niños, la problemática del falo que organiza la estructura psíquica y es el reaseguro de que el deseo funciones en tanto se asegura que el niño no es el falo que completa al Otro materno, pero que lo ha sido. Es asegurarse que él lo ha sido pero que no lo es más y que debe duelar, ese lugar con relación a la madre, al Gran Otro.
En este texto dos notas sobre el niño, Lacan, refiriéndose al lugar que ocupa el niño en la estructura se refiere a las funciones del padre y de la madre "la de la madre: en la medida en que sus cuidados llevan la marca de un interés particularizado, aunque solo fuese por la vía de sus propias faltas. La del padre en tanto que su nombre es el vector de una encarnación de la ley del deseo".
Indicación muy precisa de Lacan de lo que se juega en la estructura y las funciones como vectores de transmisión, la de la madre por la cual los cuidados por su hijo lleva la marca de su interés propio de un deseo que es esencial en la subjetivación, un deseo por algo que falta: falo, y se articula en el hijo.
La ley entra por el padre ¿qué quiere decir esto?. Cuando ley del padre ¿de que ley hablamos y de que padre?. ¿Cuál es la ley en cuestión y cual el padre?. La ley en cuestión es la ley de prohibición de incesto, internalizada universalmente, instauradora de una prohibición que regula el campo del deseo en tanto es una ley que nutre al Edipo en su función normativizante. Es una ley universal que se introduce en lo particular de cada sujeto. El Edipo es mucho más que el amor hacia el progenitor y la rivalidad con el otro.
El Edipo esta motorizado, esta vertebrado por el Complejo de Castración, complejo que produce verdaderos efectos sobre el sujeto en el devenir de su constitución.
Lacan trata de disminuir el interés que ponemos en lo biográfico del padre: estaba o no estaba, viajaba o se ausentaba por cuanto tiempo, le dedica tiempo al niño, mucho, poco, menos, más.
Haciendo historia dice que en algún momento se creía en el exceso del padre y lo terrorífico de esa presencia como lesional para el niño. En la neurosis se aprecio rápidamente que todavía era mas grave cuando era demasiado amable. (Juanito)
"Están los padres débiles, los padres sumisos, los padres lisiados..."
No se trata de su carencia caraterólogica, biológica, realista, biográfica sino de la carencia simbólica en el Complejo de Edipo, como ya vengo enfatizando, se trata de cómo ha sido su entrada en la metáfora, y entonces de que modo ha podido acotar el Goce materno. Y en relación a como acotar el goce materno: La ficción, el juego, el síntoma son modos de limites ese goce, esa cercanía peligrosa.
Unas tiras de Sendra, sobre el tan conocido Matías ejemplifican algo de esto.
Matías en el mar jugando con las olas:
Mirá má, invente un juego. Cuando la ola se va, yo la corro y cuando vuelve, yo me escapo.
Madre: ¿Cómo se te ocurrió?
Matías: no sé má.
Madre: Bueno Matías quédate que voy a ducharme y vuelvo.
Matías: No má, no me dejes solo...(con cara de miedo)
Matías reflexiona: "Así es la vida, cuando ella se va yo la corro y cuando vuelve me escapo".
¿Cómo decir que el niño quiere quedarse con la madre sin decir a la vez que necesita liberarse de ella?
Matías encontró una ficción para resolver una cercanía peligrosa con su madre. Poner distancia con el goce, con la satisfacción que le produce esa cercanía con su madre es una operación del Nombre del Padre. Esta paradoja es resultado de la ley del padre en juego.
Otra tira:
- Matías: Soy el viajero de la cápsula del tiempo!, ¿Vos quien sos má?
- Madre: Isabel la Católica.
- Matías: Bueno, me da la leche doña Isabel?
- Madre: Después, ahora estoy esperando que colón venga de América!
- Matías: Odio a los marineros Genoveses.
A propósito del deseo materno Lacan en su Seminario de 1979 conocido como el "Revés del psicoanálisis", nos comenta que el papel de la madre es fundamental, el deseo de la madre. El deseo de la madre no es algo que se pueda soportar tal cual, que pueda resultar indiferente, siempre produce estragos.
El niño está en la boca del cocodrilo que es la madre. "No sabe que mosca puede picarle de repente y va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre". Pero hay un palo que sostiene la boca abierta, para que si le pica un bicho no se cierre totalmente, ese palo es le falo y el falo entra por la operación del nombre del padre que establece una legalidad entre el niño y la madre. A esto me refería cuando decía del resultado de la metáfora, es la significación fática.
La ficción, el juego, recrean en cada tira de Sendra a un Matías estratega en el intento de poner coto a esa boca de cocodrilo, tan tentadora y tan angustiante a la vez, y se ve como el padre simbólico (marinero Genovés por ejemplo), esta operante mas allá de lo imaginario y lo real.
Es claro que el niño está preso de su posición de dependencia frente al adulto y que su pregunta en relación con la castración del Otro, a la castración de los padres lo sume en un gran desvalimiento. La castración de los padres, el deseo de los padres que lo hace caer al niño del lugar fálico en el que estaba, detona en el niño la pregunta "¿Puedes perderme?". Pregunta clásica de los niños en ese momento en que los padres caen del pedestal y se anotician de la castración del Otro, de que el Otro no lo recubre ni puede todo. Por eso se instala de cualquier manera la pregunta, la incertidumbre del niño respecto que espera de sus padres. Trampa en la que caen y solucionan por vía de los personajes infantiles de las historietas.
Según el modo en que los padres se ubiquen con relación a la castración, será la respuesta del niño. El síntoma es una respuesta al modo de operación de la castración en el Otro. Es un modo de respuestas a la falta de garantías de que los padres puedan todo.
Muchas veces los niños prestan sus palabras a la realización de un deseo de los padres; cuando esto les resulta insoportable, asfixiante, buscan un a nueva salida, esto es también frente a padres muy completos y que aparecen sin falta, también los niños utilizan el síntoma como modelo de llamado a la falta.
Germán García es un artículo "Infancia niñas, niños" dice: "Cuando el niño y la niña quieren salir de esto producen síntomas que son la angustia de los padres. El síntoma viene a constituirse como mancha en el espejo del narcisismo parental".
Sigue Germán García: "Hay síntomas en el niño, hay también sufrimiento y vergüenza en esos síntomas. Pero existe un sufrimiento por la vergüenza que le produce el síntoma frente a sanción de los padres. En ese sufrimiento por la vergüenza algo se pierde para el niño, algo comienza a volver imposible su posición de soporte del narcisismo de los padres".
El niño escuchado por Freud tiene un malestar singular: la sexualidad infantil, lo infantil se vuelve sexual y muchas veces, según el lugar que ocupa el niño en la economía libidinal de la familia, puede sostener o amenazar el ideal de los padres. Hay un malestar del lado de los padres por el sexo de los hijos, malestar del lado del niño por el lugar que ocupa en la trampa libidinal de los padres. Es a ese malestar que responde los síntomas de los niños.
Es a ese malestar de la cultura que responden los síntomas de los niños: Las fobias de los niños pequeños a la soledad, la oscuridad y las personas extrañas, fobias que han de considerarse casi normales, desaparecen por lo general con el transcurso del tiempo.
Las zoofobias tan frecuentes, siguen una misma suerte, e igualmente muchas histerias de conversión de los años infantiles. Durante el periodo de latencia es frecuentísima de aparición de ceremoniales, pero solo un pequeño tanto por ciento de estos casos llega a desarrollarse hasta plenas neurosis obsesivas.
Estas manifestaciones sintomáticas, estas respuestas pueden desaparecer en el curso de la infancia o instalarse cómodamente absorbiendo toda la energía psíquica posible ante lo cual la consulta se hace indispensable.
Como en el caso de Jeremías, que quiero compartir con ustedes y espero hacerlo de tal manera que pueda ser un ejemplo del desarrollo que vengo intentando. Es el recorte del recorrido de los encuentros con un niño de diez años que según entiendo, señalan de manera bastante precisa el lugar del síntoma en la estructura subjetiva.
ACERCA DE UNA FOBIA AL VIENTO
Jeremías, 10 años.
"Esto del miedo, me empezó un día que estaba jugando football. Sentí cuando corría hacia el área (Area se refiere a la cancha de football y a la cercanía del arco), el viento en la cara, casi me desmayo, tenía miedo de volarme""
¿De volarme?
"Siempre fui un poco miedosito, miedo a estar solo, a la oscuridad un poquito, a los ascensores a veces, pero ahora tengo muchísimo mas, no puedo salir cuando hay viento".
El football es el deporte favorito de Jeremías y desde que empezó el miedo al viento casi no puede practicarlo, ni ningún otro deporte al aire libre. Desde ese día dice tener "miedo al viento", cuando observa por la ventana que las hojas de los árboles se mueven, eso decide si él sale o no sale.
El viento o una simple brisa decide su participación en las actividades deportivas. Tratando de situar el síntoma, le pregunto: ¿desde cuando? ¿Cómo?, ¿Donde?. Dice Jeremías:
- "Tengo miedo de volarme. Escuché que la corriente del niño mató gente en Oriente".
- "Tengo miedo de volarme, de que el viento me lleve y me estrelle contra algo, me puedo morir".
En relación con los padres; la madre padece de fobias desde muy chica, sobre todo; claustrofobia. El año anterior a la consulta, luego de un viaje en avión que fue muy complicado, fue internada por quince días y estuvo con un estado depresivo durante algunos meses.
El padre, fóbico a los ascensores y se refiere al control de su síntoma, "yo siempre la juego de local en mi empresa, porque si tengo que hacer una entrevista, la hago en mi territorio (risas) si no, no hay entrevista, mi fobia la tengo controlada totalmente".
Jeremías es el hijo mayor, tienen dos hijas, una de 9 años y la otra de 2 años.
La madre dice: "Jeremías es el más exitoso de los tres, es inteligente, bueno y es bárbaro, por eso quiero tratarlo, no quiero que esto que le pasa lo arruine, las nenas también tienen cosas para arreglar, pero él, no quiero que se arruine".
Jeremías durante las primeras entrevistas despliega su miedo, hace varios dibujos en los que intenta mostrarme como se imagina una ciudad arrasada por el viento, aunque agrega que el viento en el descampado es peor porque no hay reparos. Me explica a que se denomina reparos en el campo (árboles).
Su apellido tiene una homofonía con campo.
En el campo las casas tienen que ser más fuertes para estar preparadas para el viento.
"Una vez tuve mucho miedo en el mes de septiembre cuando fuimos a esquiar a Chile, era como estar en el campo, Sin reparos. Hablamos con mi mamá en la aerosilla y vino un viento muy fuerte que nos tiro contra la montaña, paramos contra la piedra. Tuve mucho miedo. ¿Sabes que susto?, fue horrible.
Le pido que aclare el miedo.
De morirnos apretados contra la piedra. No quise subir mas a esa silla de mierda".
"A veces voy en el auto y miro a ver si se mueven las hojas, si se mueven no quiero salir del auto. Mi papá el otro día me sacó de prepo, lloré mucho, transpiraba y temblaba, el corazón se me salía de los latidos, no sé lo que me pasa, mi papá no me entiende. Que me obliguen es peor".
Intentando circunscribir el "inicio" de la enfermedad como diría Freud, insisto en preguntarle para definir si es miedo al viento o al movimiento. El miedo es al viento y a que pueda volarlo, empieza a desplegarse el significante "volarme" trabajando la línea significante volar volarse, como morirse, enloquecer (tiene una abuela a la que "se le volaron las chapas" dice Jeremías, (estuvo internada por locura). Quedo ligado a "volarse", morirse y volverse loco.
"Tengo miedo de volar" (lapsus). En vez de "volarme" dice "volar". Le hablo de esa sustitución de volar por volarme. Entonces dice: si supiera volar no me volaría por que no me llevaría el viento, iría con el viento.
"Mi papá tiene que volar por el trabajo un montón de veces, yo me quedo con mi mamá y mis hermanas, mi mamá tiene un cuicui, mi papá dice que yo soy el hombre de la casa cuando él no está".
Recuerda a la siguiente sesión que no se podía dormir una noche cuando cayó el avión de Austral en Misiones, viajaban dos padres de compañeros del colegio que murieron en el accidente; ¿sabes porque se cayó? "Por un viento de 350km por hora. El piloto seguro que no pudo dominar el avión".
El solo fue realizando un desarrollo de los acontecimientos que fueron encadenándose para desencadenar el síntoma.
La secuencia temporal que el describe es la siguiente:
- Arma en esa situación una escena lúdica, como si fuese un profesor dando una clase, yo sostengo la escena.
- El mismo la escribe en un pizarrón.
- "Lo que me paso desde que estoy enfermo"
- Lo que contó la maestra de la corriente del niño.
- Caída del avión que creo me asustó porque fue el viento
- Miedo jugando al football, justo cuando iba a meter un gol... se ríe.
- Quedó reprimida la escena de Chile a la que el hizo alusión anteriormente. Por algo le quedó olvidada.
Yo lo ordenaría de la siguiente manera:
- Miedo a los ascensores, miedo a quedarse solo, a quedar encerrado en espacios reducidos.
- Viajes del padre en los que se queda solo con la madre, en el lugar del hombre de la casa. Refiere al cuicui de ella, de la madre. El se quedó con ella como hombre. Peligrosa cercanía duermen en la misma cama.
- Caída del avión de Austral, muerte de dos padres de compañeros del colegio por viento de 350km/hs.
- Escucha por radio y una profesora les habla de la corriente del niño y los peligros anunciados durante la permanencia de esta corriente.
Yo ahí hago alguna alusión al doble sentido de "corriente del niño" y le hago un chiste sobre un niño peligroso y él rápidamente dice "un chico que da corriente, patadas, muchos voltios o un chico la agarra la corriente, queda Knock-out".
Yo repito: "Knock-out, golpe final.
"Si, muero o fuera de juego". Dice Jeremías.
"El niño queda fuera de juego o deja fuera de juego... ". Sigo yo.
Me interrumpe: "yo quede fuera de juego del cole, no me eligieron para capitán porque el cuicui me dejó afuera de los partidos de football".
5. Escena de Chile en la aerosilla con la madre.
Solo con la madre en ausencia del padre, viento que los aprieta y los pone contra la pared de la montaña. Miedo a morirse apretado con la madre. Es la escena que no recuerda en su cuento.
6. Escena del partido de football, viento en la cara, miedo a volarse.
Ahí se produce la consulta y se organiza como síntoma el miedo al viento. Entre la caída del avión y la escena de Chile se desencadena el síntoma.
Este síntoma "miedo al viento" se organiza y se arma entre:
- La caída del avión por el viento de Austral en donde mueren dos "padres" de compañeros.
- Padre viaja en avión.
- Madre luego de un viaje en avión = depresión, internación.
- La escena de Chile que por el viento queda apretado contra la piedra con la madre.
Ambas escenas se construyen sobre la ausencia del padre.
a. La caída del avión por el viento desencadena caídas. Caen dos padres de amigos. Representa esta escena la caída del padre que remite a la impotencia del padre. El viento es la causa de esa caída.
b. La Escena de Chile, también se dá cuando el padre está de viaje y el dice que era como estar en el campo sin reparo, al puro viento, arrojado al viento.
Iban con la madre en la aerosilla y el viento fuerte los tiró contra la montaña. Quedaron apretados contra la piedra.
Entre estas dos escenas se arma el síntoma.
- Viento como causa de la muerte del padre.
- Viento como causa de morir apretados con la madre.
Por la muerte del padre, (que se traduce en impotencia del padre) puede morir apretado a la madre. Impotencia entendido como función fallida del padre.
El viento organiza entonces un campo de significaciones:
- Viento mata al padre.
- Viento lo aprieta con la madre.
- Viento lo vuela contra la piedra.
- Viento lo mata.
- Viento de la corriente del niño, es el niño mismo.
Pero a su vez viento opera o reasegura la discontinuidad temporal del golpe del significante. Ya que, sopla, deja de soplar. Aparece y desaparece. Pone en juego hay viento no hay viento, se interpone a un goce sin corte, pone una escansión, un corte.
Una continuidad infinita es interpuesta por el viento, el viento vuelve discontinuo el continuo del incesto. Días antes de la consulta, llegando al arco en un partido de football (su deporte favorito), lo detiene el viento, si nada lo detendría. ¿a dónde llegaría?, ¿al incesto?
El viento podría volarlo. En este sentido toma una significación de castración, de corte.
Si el acto podría realizarse entraría con identidad al falo, lugar que la madre señala cuando habla del éxito de Jeremías, a quien admira y que duerme con ella cuando su marido no está.
Si nada lo para, se acercaría a ser el falo de la madre. Cercanía peligrosa que lo aproxima al goce del Otro. A la posibilidad de hacer Uno con el Otro. El peligro es ser objeto de goce de la madre.
Viento es un significante que toma múltiples significados y remite al Nombre del Padre. Se produce una alineación significante en un síntoma.
El viento le devuelve al sujeto la dimensión del deseo. Si sopla no hace deportes. Si no sopla hace. El viento funciona como interdictor de una legalidad. Le prohibe y le permite tal como la ley paterna lo hace en la estructura. El movimiento (de las hojas) es el significante de la presencia ausencia del objeto de la fobia. El movimiento es una presencia amenazadora pero a la vez limitadora de un abrazo interminable.
En referencia a Chile dice:
"Nos tiró contra la montaña".
"Paramos contra la piedra".
"Tenía miedo de morir apretados".
Se denota el temor por un abrazo sin límites. Eternización del abrazo homenaje al goce materno y a la coincidencia en el lugar de falo de la madre.
Cuando sopla el viento hay un corte en juego, hay un límite en el "paramos contra la piedra". Hay un tope.
El síntoma no podría pensarse sin la identificación. ¿El viento es a Jeremías como el caballo a Juanito?
Viento: Condensa una serie de significaciones y a la vez es producto de la contingencia que sea tomado por síntoma, sin embargo le permite sustituir con el significante viento algún otro significante.
El viento representa la función del padre, como corte.
La madre arrasadora se presenta como un tornado sin límite y el niño como arrasador arrasado. El viento permite una distancia entre el niño y la madre.
El síntoma fóbico, miedo al viento encarna como todo síntoma una sustitución y sostiene una satisfacción, que en este caso se traduce en el innegable goce que comporta ese abrazo entre Jeremías y su madre. El viento como el significante de este síntoma es un significante operador de la falta que condensa una serie de significaciones, sustituye a otros significantes.
El miedo al viento, síntoma fóbico viene a señalar el peligro de que la falta no opere, que la falta pueda faltar entre Jeremías y su madre, por lo cual queda a la luz la función que tiene el síntoma para este sujeto y que decimos, cuando decimos que el síntoma pone en juego la metáfora paterna.
A modo de conclusión podemos decir que según la apertura y cierre del deseo materno o sea, su castración, tendremos el modo en que opera el Nombre del Padre en la metáfora, la medida del padre simbólico en el complejo de Edipo. De ahí surgen las respuestas lúdicas, ficcionales, sintomáticas al modo de Jeremías, como recursos del sujeto del inconsciente, o en el peor de los casos surgirán gritos desesperados en las actuaciones, en las adicciones, en los cuerpos enfermos, de tantos niños como convocatoria desesperada a una ley simbólica, vehiculizada en algún padre encarnado en un Juez, en un analista, o en el padre de cada cual, pero un padre que intervenga interrumpiendo insoportables excesos de goce y abriendo alguna salida posible.
En este punto podemos ser convocados como analistas e intentamos que un sujeto en el devenir de su constitución vaya encontrando un modo menos alienante en su respuesta a la falta en el Otro, y que vuelva luego a sus padres y a sus pares, para seguir su constitución subjetiva.
Así entonces irá esbozando una palabra propia y con posibilidades de transmitir sus angustias aunque todavía está sujetado a Otro que lo está estructurando. Por eso solo podemos hablar en el análisis con niños de un "comienzo que no termina" y se afirma que es solo un comienzo que seguirá en otro tiempo con una demanda propia y quizá con un compromiso distinto con relación a sus actos.