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Seminario
Duelo y deseo del analista

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Organizado por PsicoMundo

Dictado por : Michel Sauval


Clase 1
Presentación del seminario

 

1 – Deseo del analista vs "psicología" del analista

Hace unos cuantos años ya, una serie de circunstancias me llevaron a pensar y debatir sobre la cuestión del deseo del analista. La "casualidad" quiso que el problema se planteara por el lado del abc de las cosas: el impasse al que nos conducen los abordajes que pretenden resolver la cuestión por la vía de una "definición" del "deseo del analista". Puede consultarse, al respecto, en el primer número de Acheronta (de mediados de 1995), la tercera de las clases dedicadas a la lectura del Parménides, la parte titulada ¿"La doctrina secreta de Lacan sobre el Parménides" ? (que reproducimos aquí como parte de la sección "Lecturas, comentarios, bibliografia"). Se encontrará ahí un debate con los planteos hechos por Jacques-Alain Miller en su seminario "El banquete de los analistas" (1), y resumidos, en cierto modo, en aquél número especial de l’Anne (2) donde se publicara la carta "Acier ouvert" (3), en particular, en lo que respecta a el estatuto de los AE. Miller escribía, en esa ocasión, que la apuesta del pase y del AE era la de "llegar a cernir el ser-un-analista, fuera de la función". Mas precisamente, verificar que un sujeto que ha completado su análisis estaría "en condiciones de querer lo que un analista debe querer" (4). Y para entender qué es "lo que un analista debe querer", Miller señala que "hay un deseo de saber de un tipo especial que merece ser designado como el deseo del analista" (todos los subrayados son míos).

El deseo del analista, entonces, sería un deseo de saber (de un "tipo especial" (5)).
Quizás no se perciba aún cuánto se ha impregnado la literatura psicoanalítica lacaniana con esta equivalencia, y las consecuencias que ello ha tenido, tanto en la práctica como en las teorizaciones de los analistas.
El principal problema que le encuentro a abordajes como este es ubicar el deseo del analista en términos de "deseo de algo". Y no importa demasiado qué es ese "algo" ya que no creo que avancemos mucho mas si en vez de equiparar el deseo del analista con un deseo de saber lo equiparásemos con un deseo de ética (o como referencia para una ética del deseo), o con un deseo de analizar, etc. La estructura misma del "deseo de algo" nos coloca en la senda de las tipificaciones psicológicas (un sujeto y un objeto), con todas las manipulaciones que eso, en general, habilita.

La primer referencia que hace Lacan (en su seminario) al "deseo del analista" es en la última sesión del seminario "El deseo y su interpretación", la sesión del 1 de julio de 1959. Allí considera que el análisis podría compararse con un "relato", en la medida en que dicho "relato" (6) fuese el lugar de un "encuentro"; que para Lacan, es un "encuentro" de deseos:

"Este deseo del sujeto, en tanto deseo de deseo, abre sobre el corte, sobre el ser puro, aquí manifestado bajo su forma de falta. Este deseo de deseo del Otro, es al fin de cuentas.. ¿a qué deseo va a afrontarse en el análisis si no es al deseo del analista?"
(Jacques Lacan, "El deseo y su interpretación", sesión del 1 de julio de 1959)
(subrayado mío)

Analicé mas en detalle esa comparación, entre el análisis y un relato, en "Un grano de poesía" (ver en el primer número de la revista "Relatos de la Clínica"). Como lo señalaba en ese artículo, todas las teorías psicoanalíticas han abordado el problema de la naturaleza de la relación entre analista y paciente, para, a partir de ahí, precisar el nivel de la acción del analista. Entre los postfreudianos, dos concepciones han predominado. Por un lado, la psicología del yo, que ubica el nivel de eficacia de la acción analítica en la alianza entre el área sin conflictos del yo del paciente, y el yo (sano) del analista. Por el otro, los kleinianos, que han sostenido y desarrollado el planteo freudiano de la comunicación de inconsciente a inconsciente.

El planteo lacaniano difiere de estos en la medida en que ubica el eje al nivel del deseo: el deseo es el deseo del Otro. En los Escritos, Lacan lo plantea de un modo muy claro:

"esa condición que tiene el sujeto de encontrar la estructura constituyente de su deseo en la misma hiancia abierta por el efecto de los significantes en aquellos que para él vienen a representar al Otro " (7)

En la medida en que el dispositivo analítico implica la reproducción de la operación de constitución del sujeto, se comprende la pregunta (que citábamos mas arriba) con que nos despide Lacan en la última sesión del seminario sobre el deseo:

"Este deseo del sujeto, deseo de deseo del Otro, es al fin de cuentas.. ¿a qué deseo va a afrontarse en el análisis si no es al deseo del analista?"

Para decirlo de un modo tan sencillo como burdo: si para la escuela americana la relación es de yo a yo, y para la escuela inglesa la relación es entre inconscientes, para la escuela lacaniana, la relación entre paciente y analista es una relación entre deseos. Y es al pensar la relación analítica como una relación de deseos que, en forma lógica, surge la pregunta por el deseo del analista, en tanto uno de los polos de la misma.

Si se percibe que la pregunta por el deseo del analista surge por esta vía, se comprenderá entonces cómo esa noción acompañará, necesariamente, en sus desarrollos e impases, todos los matices que tomará, a lo largo de la enseñanza de Lacan, la fórmula "el deseo es el deseo del Otro".

Para decirlo de otro modo, la noción de deseo del analista es inseparable de la noción de deseo del Otro, puesto que el deseo del analista importa en tanto ocupa el lugar del deseo del Otro en la relación analítica.

Para decirlo en los propios términos de Lacan:

"las coordenadas que el analista debe ser capaz de alcanzar para simplemente ocupar el lugar que es el suyo, el cual se define como el lugar que él debe ofrecer vacante al deseo del paciente para que se realice como deseo del Otro" (8) (subrayado mío).

Evidentemente, una de las fuentes de malentendidos radica en que, en la expresión "deseo del analista", como en la expresión "deseo del Otro", el "del" interviene con una determinación subjetiva. Por lo tanto, así como se trata del Otro en tanto deseante, también se trata del analista en tanto deseante.
¿Que debe entenderse por analista en tanto deseante? Ese parece ser el problema porque aunque la referencia al Otro (un Otro que, no por escribirse con mayúsculas es menos particular, puesto que es el Otro particular de cada paciente, constituido, como señalábamos mas arriba, a partir de aquella "hiancia abierta por el efecto de los significantes en aquellos" que para el paciente hicieron la vez de Otro) ordena la noción de deseo del analista mas allá de la "persona" del analista, esa noción no deja de implicar también la particularidad de cada analista. Por eso, quizás, la reducción mas inmediata de este problema es la que conduce a las diferentes variantes de lo que podría llamarse "psicología del analista", es decir, a la "persona" del analista. De hecho, plantear que el deseo del analista es un "deseo de saber" (aunque sea de un "tipo" "especial"), no deja de ser una "psicología" del analista; como también lo será cualquier otro planteo que pretenda tipificar las "características" o "atributos" de dicho deseo (y la instrumentación que se haga de dispositivos orientados a la "evaluación" y "verificación" de dichas características y atributos).

En suma, aunque el deseo del analista sea un lugar vacante ofrecido al deseo del paciente para que el mismo "se realice como deseo del Otro", es decir, algo topologizable, formalizable, eso no elimina el problema de que, ese lugar, para existir y operar, requiere también del "alguien" particular que lo "ofrezca", del "alguien" particular que sea "capaz" de brindarlo. Dicho de otro modo, según la consistencia que le demos a ese "alguien" (y "su" deseo), habremos virado, o no, hacía una psicología del analista (de modo análogo a como Lacan habla del "viraje" del significante al signo en "Radiofonía" 9)

 

2 - Deseo del analista y duelo

La relación entre el deseo del analista y el duelo es planteada por Lacan un par de años despues, en la última sesión del seminario "La transferencia" (la sesión del 28 de junio de 1961). El vuelco que vamos a encontrar en este seminario respecto del "encuentro" de los deseos planteado en el seminario sobre "el deseo y su interpretación", puede medirse comparando las citas de aquél seminario con esta otra donde, recurriendo a la escena entre Alcibíades y Sócrates, Lacan propone la siguiente síntesis: "ante todos es develado, en su rasgo mas secreto, más chocante, el último resorte del deseo, que obliga siempre, en el amor, a disimularlo mas o menos: su objetivo es la caída del Otro, A, en otro, a" ("devant tous est dévoilé dans son trait le secret le plus choquant, le dernier ressort du désir, qui oblige toujours dans l’amour à le dissimuler plus ou moins – sa visée est la chute de l’Autre, A, en autre, a") 10 (subrayado mío)

Como lo señala el propio Lacan desde el comienzo de este seminario, ya no estamos en el campo de la "intersubjetividad", y la preocupación por la relación del deseo con el objeto adquiere otras formalizaciones. Esta preocupación por el objeto, en realidad, ya estaba presente en aquella primera referencia al deseo del analista (la del final de la última sesión del seminario "el deseo y su interpretación"). Justamente, lo que parecía preocuparle a la Lacan respecto de la función del corte era la consistencia de esa falla, de ese "ser puro" en el corte. La respuesta, en ese momento, fue ofrecida por la vía poética de una "contrepétrie" de Désiré Viardot (que inspiró el título de mi artículo): "la femme a dans sa peau un grain de phantaisie" (que se transforma en "la femme a dans sa fente un grain de poésie"; traducciones: "la mujer tiene en su piel un grano de fantasía", que se transforma en "la mujer tiene en su hendidura un grano de poesía") 11.
La referencia al deseo del analista, ahora, cambiará aquella asociación poética con la contrepétrie, por la sugerencia de una relación (no por ello menos enigmática) con el duelo, es decir, la pérdida de un objeto.

Sobre el final del seminario VIII encontramos estas dos frases 12:

El objetivo de este seminario es presentar algunas lecturas y comentarios que ayuden a precisar esta relación entre el deseo del analista y el duelo.

 

3 - Lecturas, comentarios y bibliografia complementaria

4 - Notas

1 Seminario 1989-1990. La versión utilizada por mí, en ese entonces, es una versión inédita de desgrabaciones del seminario de Miller.

2 Casi todos los materiales de ese número especial de "l’Anne" fueron traducidos y publicados en el número 3 de la revista argentina "El Murciélago", que dirige Germán García.

3 Las cartas "abiertas" y el dossier que presentan esos números especiales de L'Anne y El Murciélago refieren al "tumulto" o "crisis" que se habría producido en la ECF en 1991 (a partir de la ocasión brindada por Pommier, si no me equivocó), y que dieron lugar a la "disolución" de la ECF y la constitución de una "nueva" ECF (llamado desde entonces ECF 2) en un movimiento que siguió con la constitución de la EOL, hasta llegar a la fundación de la AMP

4 Como sorprendernos luego por las consecuencias de la instrumentación institucional de afirmaciones como estas. Se anticipaba aquí, negro sobre blanco (estas cosas se escribían en el 91 o 92), que el pase sería el dispositivo por el cual la institución iba a verificar, para su posterior certificación en la nominación del AE, que ese analista quiere "lo que debe querer un analista".

5 Con un poco de malicia podríamos recordar que el término "tipo" también significa "hombre" o "persona" de sexo masculino. Es decir, que esa frase podría leerse como que el deseo del analista debe ser igual al deseo de saber de un hombre en particular y "especial". A cada cual entonces, el juego de ponerle un nombre propio a ese hombre "especial" cuyo "deseo de saber" pasa a ser el patrón de ajuste del "deseo" de los analistas.

6 "un relato que fuera tal que el relato mismo fuese el lugar del encuentro del que se trata en el relato" ("un récit qui serait tel que le récit lui-même soit le lieu de la rencontre dont il s’agit dans le récit"). Sesión del 1 de julio de 1959

7 Escritos II, página 608

8 Jacques Lacan, Le Séminaire, Tome VIII, Le transfert, Edition Seuil, sesión del 11 de enero de 1961, página 128. Traducción mía.

9 Jacques Lacan, "Radiophonie", Scilicet 2/3, page 66

10 Jacques Lacan, Le Séminaire, Tome VIII, Le transfert, Edition Seuil de mars 1991, página 209

11 Para consultar sobre el término “contrepétrie” ver anexo 2

12 Jacques Lacan, El Seminario, Tomo 8 "La Transferencia", Editorial Paidos 2003, página 440.
La versión en francés (Le Séminaire, Tome VIII, Le transfert, Edition Seuil de mars 1991, página 460) de cada una de estas citas es:


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